Capítulo 4

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Tumbada en la cama, miré a mi izquierda y le recordé a él. A mi lado en la playa. Cómo apareció justo cuando la ola me estaba ahogando y sus palabras hicieron de eso un hecho imposible. Recuerdo su voz. Tan electrizante, tan única. Cerré los ojos y por un segundo pude sentir su mano rozando la mía y sus ojos verdes fijos en los mios. Sus ojos. Un tema del que podría estar hablando horas sin cansarme. Tan claros pero tan oscuros a la vez. Tan hipnotizantes. Recuerdo sus labios. No tienes ni idea de las ganas que tuve de besarte aquel día. De ahogar las lágrimas en tus labios.  De sentir tu boca junto a la mía. Encajando sin más. Como un puzle que esperaba ser completado.

El día se pasó volando y lo único que hice fue escuchar música y dibujar. Dibujar, dibujar, dibujar. Miré todas las hojas que había arrancado antes de restarle importancia e irme a dormir. A la mañana siguiente me despertó una voz aguda diciendo que parecía que un niño de cuatro años hubiera estado arrancando hojas de una libreta y lanzándolas por todos lados.  

Sentí como la cama se hundía tras ver el cuerpo de mi mejor amiga en esta. 

—¿Qué es toda esta basura, Jane? —dice y segundos después me lanza una hoja arrugada a la cara. 

La miré con los ojos entrecerrados intentando enfocar la vista hacia la rubia que se encontraba a mi lado. Después forcé una pequeña sonrisa y me frote los ojos con las manos. Tenía razón, mi habitación estaba hecha un desastre pero no era basura.

Me levanté de la cama y comencé a recoger cada una de las hojas arrugadas que estaban esparcidas por el suelo mientras ella me leía el “planning’’ de hoy. 

Tessa es muy extrovertida. En el sentido de que tenía que estar todo el rato haciendo algo porque si no podría darle un mini infarto. También es original, es la única en este mundo que permito que me llame por mi segundo nombre. Un poco porque si no la dejo llamarme “Jane’’ saca su lado dramático y dice que está fallando como mejor amiga. También es divertida, tiene su encanto. Aunque es recomendable no hacerla enfadar porque sacará su lado más insoportable. La quiero. 

Es como una flor única en un jardín lleno de enredaderas. Tan única y tan… enredada. 

Las próximas horas las pasé con ella. Haciendo un poco de todo y nada a la vez hasta que decidimos salir a dar una vuelta. Hacía frío así que cogí mi abrigo y mis botas calentitas por  dentro y comenzamos a andar, sin rumbo. Solo a andar.

Su mirada iluminaba cualquier cosa que tuviera delante. Tenía los ojos marrones y el cabello rubio por la cintura. Era guapísima. Tessa me miró y me preguntó qué en qué estaba pensando y yo le respondí simplemente con un “nada’’ 

Estábamos pasando por un paso de peatón cuando un coche pasó a velocidad de la luz delante nuestra. Pude sentir el brazo de mi mejor amiga sosteniendo mi mano con fuerza antes de soltar un insulto al conductor. Su cara se tiño de color rojo cuando vio que todos los de la calle estaban mirandola  como si estuviera loca y no pude evitr reirme a carcajadas de ella. Parece que mi risa le contagió porque me dio un golpe en el brazo y comenzamos a reírnos juntas de la situación.

Así eran todos los momentos que pasaba con ella. Únicos, si es que existe palabra para describirlos. 




Hay que dejarlo ir © [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora