–te encuentras bien?– dijo Diego, dejando de caminar
–claro que si, solo estaba pensando– intente sonreír, pero creo que hice una mueca mas que una sonrisa
–no te creo– me dio un beso en la mejilla– me vas a decir que te pasa?– volvió a preguntar
–nada de verdad– tenia un nudo en la garganta, me abrazo por la cintura y me trajo hacia el, sus labios rozaban los míos
–no te creo– me beso, necesitaba besarlo, imaginar que se va a nuevo y no se cuando lo volveré a ver, no lo soportare, forma parte de mi vida, yo he decidido que forme parte de mi vida– me lo vas a decir?– cuando intente verle, una lamina de lagrimas apareció en mis ojos, no lo pude controlar– dime que te pasa, por favor
–estoy bien – me limpie las lagrimas rápidamente
–dímelo, porque te has puesto así?– puso un tono de preocupación, no hable unos segundos
–por ti, te vas a Canadá– puso su mano en su cuello
–Vale, no te he terminado de contar……, voy para Canadá para unos papeleos y regreso a San Diego en menos de una semana– termino de decir esto, lo primero que ocurrió dentro de mi, fue felicidad pero lo que exprese fue enfado y le di un puñetazo en el estomago.
–Diego!!, sabes lo mal que me has hecho pasar? , no ha sido nada agradable, estaba con una lucha mental y he terminado llorando, no te mereces mis lagrimas
–lo siento– estaba recuperando el aliento– me perdonas?
–ahora no, estoy muy enfadada contigo-empecé a caminar–puede que te vuelva a dirigir la palabra cuando lleguemos a Perú.
–que!!– dijo Diego– son mas de ocho horas– lo mire y no dije nada, seguí caminando– no duraras mucho tiempo– escuche a Diego, me dio alcance. Ahora tengo que tener una fuerza de voluntad……, llevo casi dos horas y quiero hablarle, ahora si que necesito mas personas, ya que seria mas llevadero en no dirigirle la palabra a Diego porque solo estar nosotros dos es un martirio, en este momento solo. Nos detuvimos a comer, Diego me miro.
–se que estas cansada– dijo Diego, esta en lo cierto pero no voy a dar mi brazo a torcer, lo mire y pedí lo que quería comer al camarero –de verdad, vas a estar en silencio hasta llegar a Perú?– volví a mirarlo y tenia ganas de decirle unas cuantas cosas, pero me contuve.
Así fue pasando hora por hora, cada una de ellas se hacia una eternidad, Diego seguía hablando para ver si yo le contestaba, mas adelante dejo de hablar y ahora no paraba de verme, produciendo mas nerviosismo en mi y rozaba su mano con la mía, mientras caminábamos. La ultima hora que quedaba para llegar a Perú decidimos ir en bus, me senté en la ventana, así me distraía viendo lo que hay fuera y me distraigo algo. Deje de ver por la ventana, cuando Diego apoyo su cabeza en mi hombro, estaba dormido así que no pude evitar acariciar su rostro y entrelazar mi mano con la suya, no se dará cuenta, ya que esta dormido, estuve así unos minutos, cuando iba a soltar mi mano de la suya para que cuando se despierte no se de cuenta que le cogía su mano, pero no lo conseguí, ya que cuando lo estaba haciendo, Diego sujeto mi mano y sentí su respiración en mi cuello, no estaba dormido.
–estaba pensando– dijo Diego– me dijiste que no me ibas hablar, pero no dijiste nada de………– tenia sus labios rozando los míos, mi corazón estaba latiendo de una forma incontrolada–besarnos–me beso y lo agradecí, porque quería besarlo, desde que me dijo que solo iba a estar menos de una semana y luego regresaría tenia ganas de hacerlo. Cuando nos separamos, nuestras miradas se encontraron y no iba hablar, es lo que me he propuesto- eres la peor persona del mundo– sonreí, ya que el quería que hablara después del beso– pensaba que me ibas a decir algo, pero por lo visto no–aparto la mirada, pero cogí su mentón para seguir viendo sus ojos que me enamoran, acaricie su rostro lentamente y le bese– y ahora me vas hablar?– mire el reloj y llegamos a Perú