– ¿dónde me llevas?– le pregunto
–silencio
–no voy a callarme!!– intento moverme– si no me bajas, gritare tan fuerte que quedaras sordo
–tendrás un marido sordo– dijo, “marido” es lo único que escuche, lo amo!!. Escuche como abría el coche, me bajo y me metió, corrió para entrar en el asiento del piloto. No dijo nada y encendió el coche y se puso en marcha
-¿me vas a decir donde me vas a llevar?– negó con su cabeza– entonces me lanzo del coche en marcha– intente abrir la puerta, pero el rápidamente puso seguro –¿qué haces?
–salvarte de ti misma, eres una suicida en potencia– dijo con una sonrisa en su rostro
–no lo soy, era una broma
–lo se, si eres una niña de papá, no harías cosas como esas– lo mire, no me gustan que me digan que soy una niña de papá, porque no lo soy. Desvié mi vista hacia mi ventana, no iba hablar con el……, aunque me haya llevado casi a la fuerza, no voy hablar.
–te odio……
–yo te amo…– dijo, al escuchar esas palabras, sentí un escalofrió por toda mi columna. “yo también”
–no me lo creo– el no dijo nada mas, siguió conduciendo. Paso unos minutos y se detuvo. Salió del coche y yo le seguí, estábamos a un lado de una carretera, no entendía porque estábamos aquí– ¿y esto que es?
–ven– dijo
–no
–¿de verdad?– dijo– que no te voy hacer nada
–seguro que te quieres aprovechar de mi, normalmente los violadores y pervertidos llevan a estos lugares a sus victimas
– en primer lugar yo no soy un pervertido y en segundo, si lo fuera, te aseguro que tu no serias mi victima– dijo dándose la vuelta y empezó a caminar, yo me quede ahí sin moverme
–eso no ayuda para que crea que me amas!!– grite, pero el no dijo nada y siguió caminando, no pensaba moverme……hasta que deje de ver la silueta de Diego en la oscuridad y empecé a caminar deprisa, no empecé a correr porque no quería que se de cuenta que estoy muerta de miedo, mientras avanzaba no encontraba a Diego, ¿dónde se ha metido?–Diego……, ¿dónde estas?– no obtuve respuesta– ¿Diego?
–que!– dijo, produciendo que gritara como una loca provocando acto seguido un ataque de risas por parte de Diego
– idiota!!– le di un golpe– llévame a casa ahora!!, mi padre estará a punto de llamarme para saber donde estoy
–espera….espera– decía mientras se limpiaba las lagrimas de la risa– lo siento mucho, pero es graciosos verte tu cara cuando te asustas– le mire fijamente
–llévame a casa, ahora– dije muy seria
–solo espera unos minutos
–¿para que?, para reírte de mi, ¿qué demonios hacemos en este lugar?– el se puso serio y paso una de sus manos por su cabello
–quería estar contigo a solas por unos momentos, ¿hace cuanto tiempo no estamos solos?
–hace veinticuatro horas, por si no lo recuerdas, me metiste en una caseta a la fuerza
–lo se……, pero quería estar contigo a solas, sin que nadie este cerca, solo tu y yo– dijo con tranquilidad y poco a poco se iba acercando cada vez mas a mi, me cogió de la cintura y empezó a moverse como si estuviera bailando