NEON MOON 5/9

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En retrospectiva, TaeYong debería haberlo visto venir. Hay muchas cosas que puedes esconderse mientras vives en el mismo edificio, compartes los mismos amigos y compañeros de trabajo. Sin mencionar–ser mejores amigos (también léase: dom y sub el uno del otro. Pero ese es un tema diferente).

TaeYong está leyendo un libro, después de una semana de trabajo sin parar, pensó que era hora de descansar un poco, aunque no de la manera que había estado deseando–absteniéndose–. La sala de práctica está vacía, tranquila, un poco cálida. Su teléfono reproduce música a través de los parlantes a un volumen bajo, casi lo suficientemente relajante como para que se duerma. Es acogedor–hasta que la puerta se abre.

Ni siquiera la mejor película de Hollywood podría recrear la forma en que DoYoung entra en la habitación, no como se ve a través de los ojos de TaeYong; la puerta se abre discretamente, seguida por el sonido de ella cerrándose apenas audible. Los pasos son mesurados, confiados, jodidamente lentos. Tal vez sea la percepción de TaeYong, pero parece que todo se mueve en cámara lenta. La forma en que DoYoung camina hacia él, sin expresión evidente en su rostro, pasos calculados y ojos mirándolo directamente; con la mirada demasiado intensa, TaeYong desvía sus ojos, se concentra en los zapatos de DoYoung mientras se detiene justo delante de él, vislumbrândose sobre TaeYong como una nube oscura, pesada y poderosa.

Absolutamente no se pronuncian palabras mientras DoYoung se acerca con calma y agarra la barbilla de TaeYong, moviéndose rápidamente para que puedan mirarse a los ojos. TaeYong quiere derretirse en el sofá (y las manos de DoYoung, o lo que sea).

—Puedes explicarme por qué me has estado evitando durante toda una semana. —DoYoung se expresa, la voz no deja lugar para discusiones o excusas.

"No te he estado ignorando" suena a mentira porque lo es. Puede que TaeYong ni siquiera recuerde su propio nombre en este momento, pero sabe qué no decir.

—He estado muy cansado, eso es todo.

—Tuvimos un acuerdo.  Hice mi parte mientras tú te olvidaste de la tuya. No hay forma de que esto funcione si sigues así. —DoYoung continúa como si no hubiera hablado en absoluto. Envía un corriente por la columna vertebral de TaeYong.

Como TaeYong no responde durante unos segundos, DoYoung vuelve a hablar— ¿Necesitas usar tu palabra? —pregunta, la voz suave se hace presente sobre el tono exigente anterior.

TaeYong traga— No.

Los dedos de DoYoung se aprietan sobre su barbilla— Irás a tu habitación, tomará una ducha y luego irás a mi habitación a las 11 p.m. en punto.

Es un momento extraño para recordar, pero TaeYong suspira ante la impecable memoria de DoYoung y su capacidad para recordar incluso algo tan agitado como el horario personal de TaeYong que le mencionó brevemente una vez. A TaeYong no le quedaba más trabajo por el día.

A pesar de que no es una solicitud, TaeYong asiente, incapaz de apartar la mirada de los ojos oscuros, profundos y confiados de DoYoung— Bien —concede DoYoung—, y no me hagas ir al infierno a buscarte de nuevo. Puede que tengamos un acuerdo especial ahora, pero sigues siendo mi amigo y me preocupo por ti de cualquier manera.

—Está bien. —TaeYong acorda, mientras DoYoung le acaricia el pómulo por última vez antes de dejarlo solo en la sala de práctica de nuevo.

Vuelve a leer su libro. Le toma 3 minutos enteros darse cuenta de que está al revés.

 

















Las 11 p.m. llegan demasiado rápido para TaeYong, y no lo suficientemente rápido para DoYoung–está en su habitación, mirando el reloj situado en la parte superior del escritorio. La manecilla más larga apunta ligeramente hacia la derecha cuando pasan diez minutos desde las once.

𝗡𝗘𝗢𝗡 𝗠𝗢𝗢𝗡 │ DOTAEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora