La no tan ordinaria vida de Tabatha [AUDIOLIBRO DISPONIBLE]

6| Robert

Lunes 26 de septiembre de 2016

—¿Por qué siento que estás en depresión posruptura? —digo a Michel, levantando una cerveza helada y chocándola con la suya.

Tomar un lunes, considerando que mañana hay práctica, se siente como vulnerar todos mis códigos. Sin embargo, he primado el acompañar a mi mejor amigo, que, desde que terminara su relación falsa con Tabatha, ha estado como alma en pena.

—En teoría, lo estoy. Ha sido una ruptura comercial —responde el pelirrojo, sin ninguna intención de levantarse de su silla playera.

Está confiado porque el alcohol aún no lo ha golpeado, pero estoy seguro de que una vez se levante va a ver el mundo girar bajo sus pies. Del mismo modo en que yo lo hago. Me preocuparía por la reacción del entrenador mañana, si no supiera que un ebrio es más fácil de esconder que dos y que él se ausentará a la práctica por acompañar a Melodie Di Lorenzo, la mejor amiga de Tabatha Johnson, a hacer una fila en el centro comercial.

—Sigo sin entender cómo terminaste involucrado con la italiana.

—Me ha estado haciendo espacio en la agenda de Taby por semanas y hemos hablado muchísimo por WhatsApp —explica, dejando su botella en el piso y mirando el cielo sin estrellas sobre nosotros—. Creo que me gusta un poco.

Estoy sorprendido y no lo oculto.

—No pensé que superaríamos a Tiff en un tiempo cercano.

—Y yo no creí que nos gustarían dos amigas —replica riendo y yo tengo que rebuscar toda la paciencia que ya no poseo para aclarar algo que debería serlo para todos.

—¿Es en serio? ¿Cuántas veces debo repetirte que no me gusta Tabatha?

—Nunca suficientes para anular lo mucho que me cuestionaste sobre ella —murmura cerrando los ojos, sin abandonar su sonrisa socarrona.

Es evidente que se entretiene viéndome replicar y que ya ni le interesan mis excusas. Sin embargo, contrario a todas las respuestas anteriores, y tal vez por el alcohol en mi sistema, esta vez le doy la única razón a mi curiosidad por Tabatha que he reservado para mí mismo hasta ahora.

—¿Recuerdas que tú y el equipo me encontraron en speedo el día de la fiesta de bienvenida? —cuestiono observando la piscina que no se ve tan oscura como el cielo debido a las luces interiores.

—Fue el disfraz menos creativo, pero no me sorprende que casi ganaras, considerando que fuiste quien más mostró piel —bromea y es difícil no reír porque es cierto. Si no hubiera estado tan frustrado y me hubiera marchado, es probable que hubiera llevado el trofeo a casa, considerando que era elección popular.

—El tema es que no pensaba asistir y no lo habría hecho, de no haber estado persiguiendo a una chica enmascarada que me besó en la piscina —admito y veo como se levanta con rapidez y tropieza sobre sí mismo para verme asombrado desde el suelo.