Capítulo 3. ¿Ming...Yi?

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Shi Qing Xuan era muy conocido gracias a muchas cosas. Tales como por su leve resistencia al alcohol, ser bueno en danza, gastar la quincena de Ge-, pero no por ser atlético. Apenas había salido de la escuela y se le podía notar que le costaba respirar. Maldijo internamente y de forma decidida iba a caminar mínimamente rápido.

Cuando llegó a la heladería casi se le escapaba su pobre alma del susto al notar que apenas abrió, el joven pelinegro movió levemente su cabeza solo para mirarle. De alguna u otra forma sentía que estaba siendo estudiado.

Mirando hacía los lados mientras se le acercaba al final fijó su vista en la mesa y se sorprendió al ver que no había nada. Estaba seguro de que el contrario había llegado aproximadamente unos quince minutos antes. Esperaba que se hubiera ocupado comiendo algo. Ahora QingXuan se sentía mal.

—La-lamento la tardanza. — Se disculpó mientras miraba hacía la mesa. Probablemente Ming Yi había llegado aproximadamente quince minutos antes que él. Estaba seguro de que aquel era al menos puntual. Lo que le faltaba realmente a QingXuan.

El hombre más alto que él no pareció tomarle importancia y simplemente asintió.

Por alguna razón el pequeño Shi sentía un aura imponente y escalofriante cada vez que veía a este hombre... Y eso que solo ya van dos veces.

Cuando Shi Qing Xuan se sentó en el asiento que estaba al otro lado de la mesa redonda, pudo observar la ropa del contrario.

Seguía teniendo el cabello atado en una coleta pero esta vez con unos adornos de oro. No se veían tan llamativos como se esperaría pero realmente eran bonitos. También llevaba lo que parecía ser una camisa negra con el estampado de un pez hecho de huesos. Qué miedo, pensó QuingXuan. Una chaqueta negra con algunos adornos triangulares que decoraban la parte delantera del cuello y unos cuantos más en las mangas de esta. El contrario sabía vestirse aunque al parecer solo con el color negro.

Aquel pensamiento se hizo presente en la cabeza de Shi Qing Xuan y no pudo evitar sonreír.

—Bueno.. Tienes mi abanico, ¿No?—Preguntó esperanzado en que no se haya rasgado después de caerse. Era de una tele fina y si su hermano mayor descubría que lo había arruinado, probablemente no le compraría nada en meses.

—No.— Y eso lo desconcertó.
—¿Eh?
—Lo siento. Cuando lo levanté se partió en pedazos. Al parecer se cayó en la carretera en el momento que te ayudé.

—Entonces... ¿Tienes solo los pedazos?

Su cara se veía bastante triste. Parecía que en cualquier momento rompería en llanto.

Ming Yi mostró cara de pocos amigos dándole a entender que no le iba a consolar solo por un abanico.

—Pero.—Dijo—Tengo algo que te podría interesar. Y al decir aquello metió su mano entre su chaqueta y sacó un abanico. Se veía bien aunque de alguna forma viejo, de madera fina pero con un toque que le quitaba lo nuevo. Tenía el estampado de un carácter que identificó rápidamente.

—Viento...
—Eso es.
—Ming.. Ming Yi, ¿Es tuyo?

—Era de un amigo. Yo no lo necesito y pienso que podría gustarte.

—Pero no nos conocemos y ya hiciste mucho por mí.

—¿Yin Yu aún no te lo dijo?

—¿Eh? ¿Decir qué?

Al parecer Ming Yi pensó cómo decir lo siguiente... Tardó unos pocos segundos que para QingXuan fueron horas.

—Soy amigo suyo, uno de varios con los que te quería presentar. Supongo que acabaríamos viéndonos más veces.

Shi Qing Xuan le hubiera dado un golpe a Yin Yu si estuviera presente. ¿Porqué diablos no le contó sobre aquello? Por un segundo pensó que se trataba de un loco que lo acosaba. Soltó un suspiro y luego asintió.

—Realmente no estaba enterado. Lo lamento. Ahora te deberé varios favores. ¡Y prometo que los cumpliré!—Dijo esperando a que el contrario le creyera.—Estoy muy agradecido ¡El abanico es hermoso!

—Está bien que te guste... ¿Pero por qué deseas que se enteren todos?—Preguntó mientras observaba de reojo a la gente que estaba atenta a QingXuan quien ante su emoción había subido su volumen.

—Oh, lo siento.—Se sentó y Luego tosió levemente para ignorar la vergüenza que acabó de pasar.—¡Bueno! Entonces supongo que está bien conocernos más. ¡Hey! Te puedo decir Ming-Xiong ¿Verdad? ¡Gracias!—Y sonrió mostrando una cara que podía opacar a los mismos dioses... Literalmente.

—Oh, cierto. Ya que llegué tarde te invito a comer algo, después de todo estamos en una heladería. Pide lo que quieras, yo lo pagaré.~—Dijo mostrándose feliz.

Ming Yi se limitó a asentir y luego con una mano tomó el menú. Shi Qing Xuan llamó a la chica que tomaba los pedidos y pidió el suyo para después esperar a lo que diría Ming Yi.




-

Ya aprendió su lección, ¿Vale? No debe decirle a extraños-amigos que pidan lo que quieran del menú. Shi Wu Du iba a matarlo. Gastó más dinero de lo que pensaba gastar en dos meses y vaya que esa cantidad era bastante. ¡Ming Yi comía demasiado! ¡No! ¡Esperaba! ¡Eso! Come más que una familia de diez. Había pedido casi todo lo que estaba en el menú e incluso repetía. Era demasiado para una persona ¡Y aún así lo acabó todo! Pobre de Yin Yu, seguramente pasó por lo mismo al invitarle a comer. Soltó un suspiro mientras lavaba sus manos en el baño y se preparaba para salir. Se había conocido un poco más con Ming Yi y ahora "eran" amigos. Obviamente eso le hacía feliz. ¿A quién no? Solo le costó casi todo su dinero y probablemente regaños de su hermano mayor. Aún así era feliz.

—¡Ya es algo tarde! Espero que hayas disfrutado de todo. Yo ya debo irme así que, nos veremos probablemente cuando Yin Yu quiera presentarnos formalmente. ¡Ten una linda tarde, adiós!—Se despidió casi corriendo. Realmente era algo tarde.

Mientras tanto Ming Yi solo asentía ante las palabras del contrario. Acabó por empezar a caminar cuando perdió a QingXuan de su vista así que solo le quedaba pensar en lo ocurrido.

Ahora tenía un amigo... Otra vez. Shi Qing Xuan no parecía reconocerle así que imaginó que probablemente era debido a que reencarnó. Tampoco es que esté muy interesado en el tema.

Cuando Yin Yu le contó aquello realmente sintió escalofríos. Se supone que los dioses no pueden reencarnar. Shi Qing Xuan perdió su divinidad. No puede decir lo mismo de Shi Wu Du y sin embargo, está vivo. ¿Acaso ya sabía lo que este planeaba desde el principio y tenía la alternativa de reencarnar? Era imposible lograr deducirlo. Tendría que hablarlo seriamente con Hua Cheng aunque ahora no sería un buen momento... Seguramente el idiota estará de meloso con Taizi Dianxia.

Esa misma noche...

—¡Ming-Xong, Ming-Xong!—Pedía atención el maestro del viento mientras sacudía al contrario como ya era costumbre.—Hey... umh, ¿Porqué... Hiciste lo de hace un momento?







Ajsjaj lamento la tardanza y que esto sea tan corto. Estuve muy ocupada y apenas pude entrar a tontear en Wattpad. En fin, espero y les guste.💞

Tal vez en esta vida...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora