𝐀𝐄𝐓𝐄𝐑𝐍𝐔𝐌 ❛el mundo se caía a pedazos y ahora que no te tengo a mi lado, caigo con él.❜
¿Qué podías hacer cuando lo habías perdido absolutamente todo? Pero peor aún ¿Qué podías hacer cuando tenías que seguir con tu vida apesar de perderlo tod...
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CUANDO THEODORE abrió la puerta lo primero que notó eran las piernas de su madre colgando y los sonidos del caminante. Elevó su mirada con lentitud, viendo aquel rostro femenino totalmente convertido, sus ojos se llenaron de lágrimas y corrió hacia las piernas de Feyla, las abrazó con cuidado, intentando que ella no se siguiera asfixiando.
─ Está bien mamá, ya no duele, ya no duele.─ Sollozó abrazándola con fuerza, sintiendo los movimientos bruscos que daba el caminante.─ Te perdono, te perdono, mamá te perdono.
Empezó a llorar de forma desconsolada, los bramidos de dolor escapaban del fondo de su garganta y no pasó mucho tiempo cuando Aaron y Maggie aparecieron en la puerta, viendo a Feyla, a aquella mujer que los acompañó por años, muerta. La ojiverde fue la primera en reaccionar, acercándose al niño intentando alejarlo, pero el se aferraba con todas sus fuerzas a su madre.
─ No ¡No! Ella no debe estar sola, a ella no le gusta sentirse sola.─ Lloriqueó intentando apegarse a las extremidades de su madre, pero Maggie lo agarró entre sus brazos y lo intentó sacar de la habitación.─ ¡Es mi mamá! ¡Es mi mamá! ¡No puedo dejarla sola! ¡Ella no quiere estar sola!
Maggie terminó por sacar al niño del dormitorio, quien sollozaba y gritaba intentando que no lo alejaran de su madre, Aaron estaba estático viendo a su hija, se acercó con lentitud, acercó la silla a si mismo y se paró en ella, topándose cara a cara con el caminante que en algún momento fue su hija.
─ Está bien Fey, saluda a Eric de mi parte.─ Luego de esas palabras, el cuchillo en su mano se enterró en la parte trasera del cráneo de la mujer, quien dejó de moverse casi al instante.
─ ¿Qué pasa? ¿¡Mamá?! ¿¡Mamá?!─ A las afueras de la habitación se escucharon los llamados de Benjamin, y los gritos de Theodore seguían resonando en toda la casa.
─ ¿Mami?─ Se escuchó un pequeño balbuceo de parte de Chleo, pero Maggie había cerrado la puerta para que no vieran aquella escena.
Aaron cortó la soga en el techo, el cuerpo muerto cayó sobre sus hombros y terminó por poner a su hija en la cama, notando la gran marca presente en su cuello, sus ojos abiertos y vacíos, su piel pálida con toques morados y sus labios rotos. Con sus dedos, cerró lentamente los párpados de la chica, sintiendo como empezaba a llorar al ver a su querida hija muerta.
─ Perdón por no haber hecho más por ti, Fey.─ Sollozó besando su cabeza con cuidado. Notando un pedazo de papel entre las ropas de Fey, lo agarró con suavidad, leyendo las palabras escritas por Feyla.
“diles que los amo, por favor, no dejes que mis hijos me olviden.”
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