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Era de noche, muy de noche. Dick no sabía la hora con exactitud, pero él supone que debe ser alrededor de las tres o cuatro de la madrugada.
Él toca la superficie metálica, sumamente fría por la abrazadora brisa nocturna en este otoño cotidiano. Cansado como la mierda luego de una aburrida patrulla diaria, Dick abre la ventana de su habitación desde fuera de una de las escaleras exteriores del edificio.
Sus ojos arden por el agotamiento excesivo a los que han sido mártir esta última semana. Lleva consigo múltiples heridas y moretones menores que él mismo se encargará de maquillar y esterilizar mañana en la mañana.
Promete que lo hará después, pero no hoy, no ahora. Él solo quiere dormir en este instante.
Por favor, solo dormir una noche, es lo único que pide.
Todo duele, sus músculos arden como los mil infiernos por todo el esfuerzo físico al que se ha sometido toda esta semana. Los rasguños aún vivos en su piel se sienten como astillas constantes, incluso su cabello lo hace sufrir. Bueno, no su cabello en sí, sino más bien su cuero cabelludo. Uno de esos ladrones desgraciados decidió pelear sucio y tirarle el pelo para poder estrellar su cabeza contra una de las paredes del callejón.
Cojeando, el joven héroe se acerca a su cama. Linda, suave y cálida cama. Dios, necesita descansar unos buenos años para poder reponerse por completo. Pero hoy es jueves, mañana hay trabajo. La semana todavía no termina, su maldición aun no acaba.
Dick no tiene escrúpulos para lanzarse encima de las sábanas abandonadas. Tampoco ha dormido bien durante estos días, ha estado muy ocupado con unos nuevos traficantes de drogas por la ciudad y como siempre su obsesión lo ataca, dejándolo con apenas unas 3 horas de descanso, más o menos, no lo recuerda con claridad, porque, bueno estaba dormido.
En el único día que tuvo una noche tranquila en la que podría ir a acostarse temprano, vino Jason a pedir ayuda con un caso en Gotham y Dick no tenia el corazón para decirle que no. Su hermano está comenzando a interactuar mucho más con la familia en este ultimo año y él quiere alentar ese comportamiento, quiere ser parte de su vida, como no pudo hacerlo cuando era un niño.
Como sea, el punto aquí es que, si no fuera por su desagradable despertador, lo más probable es que el chico Grayson caería en un coma indeterminado.
Pensándolo bien, eso no suena tan mal en su mente...
Cae atravesado en la cama, pero no le importa. Total, Slade ha estado ocupado con uno de sus trabajos internacionales durante alrededor de un mes. Esta solo y sin nadie con quien acurrucarse.
Dios, se ha acostumbrado demasiado al mercenario.
Pero, el lado bueno de estar solo es que el joven circense puede acostarse como se le dé su regalada gana sin que nadie se queje. Y además puede lanzarse a su cama sin que haya alguien o algo con que chocar en un duro golpe.
Dick se cubre holgazanamente con las sábanas sueltas y se permite respirar hondo, cerrando los ojos por fin, atenuando su arder. Sus músculos se relajan y todo el peso del estrés físico y mental se desploma sobre su espalda, duele un poquito, pero se habitúa con el tiempo. Suelta un suspiro lastimero y muy largo.
Finalmente, un descanso.
Pasa un minuto de completa gloria, hasta que el grito funesto de su alarma hace temblar todo su apartamento.
Dick abre los ojos.
No, no, no, no. Por todo lo sagrado existente en el mundo, esto no puede estar pasando, debe ser una mala broma del destino. Se levanta con toda la velocidad que su atrofiado cuerpo puede permitir, ignorando los tirones de suplicio que emana de él. Estira su brazo para revisar la hora de su teléfono.
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Día a día [Sladick]
FanficDesde el aparente inició de su noviazgo. La vida de Slade y Dick no ha sido la misma. No es que se estén quejando ni nada por el estilo, sorprendermente les gusta estar juntos, es reconfortante estar de nuevo en un relación después de tanto tiempo...