Los curiosos ojos de la pequeña fémina no salían de su asombro al ver la tremenda casa que estaba frente a ella en vivo y en directo. Jamás había visto ni de cerca ni de lejos una casa tan grande como la del pequeño Rosinante
Todo estaba tan limpio, perfectamente ordenado con un aroma que nunca había exhalado, no veía en ningún lado las montañas de basura como acostumbraba ver cerca de su hogar o el agua empozada con alguna que otra mosca bailando a su alrededor; se veía tan pulcro y eso que solo era el exterior de la casa
—¿No quieres entrar?—pregunto el rubio mientras habría la elegante reja que separaba su casa con las calles—que no te de pena, eres mi invitada y si mi hermano está en contra yo... te defenderé
—¿eeh? A no, no es por Doffy, olvide lo que dijo cuando tú me dijiste lo que pensabas de mí, solo que...es increíble el tamaño de esta casa, ¡es inmensa! Y tan limpia—respiro hondo disfrutando de la nueva y agradable fragancia para ella—tan limpia—suspiro embobada
—Bueno no le veo lo increíble, antes vivía en una casa mucho más grande que esta—comento inocentemente—pero comienza a agradarme esta vida—sonrió levemente provocando que la niña también le sonriera
Caminaron entre el elegante jardín que la familia Donquixote mantenían, entreteniéndose con algunas flores que adornaban el jardín, hasta llegar a la puerta principal de la mansión
Raisa no pudo evitar tragar saliva nerviosa, si tan solo con ver el exterior estaba estupefacta no quería imaginarse verlo por dentro, se desmayaría en el momento
Y no estaba para nada equivocada
—Raisa no es por ser malo y no quiero que malinterpretes lo que te voy a decir pero...la razón por la que te invite...es para que te arregles un poco... tal vez ya estés acostumbrada a estar así...no trato de decir que siempre estas sucia...es solo que...quiero decir te quiero ayudar en tu aspecto...y...y no pienses que me desagrades...ya te lo dije antes verdad...—nuevamente los nervios de Rosinante le jugaron una mala broma al estar enredándose con lo que quería decir de verdad—bueno mi madre es la que le voy a decir que te ayude...son cosas de niñas al fin y al cabo...¿Raisa?, ¡Raisa!—se extrañó al sentir la ausencia de su amiga así que en el momento en que giro la cabeza en dirección a la puerta principal, se preocupó al verla aun parada en el marco de la puerta y sus ojos habían sido remplazados por uno pequeños remolinos, Raisa se había mareado de tanta maravilla a la vista
Después de algunos llamados del rubio para traer a su amiga de nuevo a la realidad, pudo conseguir que volviera en sí
—no puedo creer que esté en una casa tan genial
Rosinante solo atinaba a reírse despacio por lo maravillada que estaba la niña. Mientras caminaban hacia la habitación del rubio, Raisa temblaba levemente por la emoción del momento
—esta es mi habitación, puedes ir a ducharte allí—le señalo una de las puertas que estaba dentro de su cuarto—tomate el tiempo que quieras mientras tanto yo iré a buscar a mamá, me imagino que ella tiene ropa para niña ya que no creo que sea adecuado darte del mío—le dio un leve empujón ya que la fémina aún seguía un poco estática—anda ve mientras que yo ya vuelvo
En el momento que su amigo la dejo sola en su habitación quería tocar muchas cosas, habían muchos juguetes a su alrededor al igual que libros y otras cosas que no le llaman tanto la atención a la niña pero prefirió hacerle caso a su rubio amigo y entro en donde antes le había indicado
— ¡¿pero qué es esto?!—gritó de completa sorpresa—estoy...en otro mundo—sus ojos brillaron de emoción al ver la regadera y un inodoro decente mientras se sacaba la ropa y la dejaba tirada en el piso
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Juntos desde que te conocí (Rosinante x Lectora) (Pausada)
RomanceTal vez no fue el destino, tal vez fue casualidad de enlazar sus caminos en sus vidas pero de lo que sí es seguro de lo que pase, es que desde que se conocieron, siempre permanecerían juntos Rosinante y (TN)