Capitulo. III

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I. Aléjate animal.

Con los pensamientos de mi familia y el estomago revolviéndose en su lugar sentí mis parpados pesados; allí recordé todos los días sin dormir por culpa del insomnio, casi una semana en total. Pero este querer dormir era en contra de mi voluntad. Luchaba para no dormirme por que me incomodaba que mi primo estuviera tan cerca, en ese punto donde sentía su respiración en mi cuello sudado.

—Quiero dormir, puedes irte.—Susurre. ¿Por qué no podía hablar bien?, observe un poco el vaso con agua que mantuve en mis manos en este vi unos pequeños pedazos de una pastilla.

Que idiota eres.

—Que estúpida eres.—Musito en mi oído para luego lamerlo de una forma que me hacia estremecer.

¡¿Qué estas haciendo?!.—Pero las palabras no salían de mi boca, quería gritar, golpearlo, alejarlo; pero mi cuerpo no me pertenecía.

Todo mi cuerpo estaba liviano entre sus brazos, ahí me encontraba. Espero unos instantes quitándome el vaso de la mano me dejo caer en la cama levantándose de esta, mirándome con desprecio y picardía dejando el vaso en la mesita de noche para volver a mirarme.

Mis ojos se cristalizaron.

Se despojo de su camisa tirando la al suelo sin dejar de mirarme, me quito cada de una de mis prendas de vestir, el suéter de lana lo quito con tanta brusquedad que pensé que lo rompería miraba mis senos, tan feo según mi perspectiva. Rompió mi sostén dejando a relucir esos pequeños senos que ahora quería esconder, tanto de el como de cualquiera que se me cruzara: bajo mi pantalón junto con mis bragas con una sonrisa en el rostro, totalmente distinto a hace unos momentos; cuando llego el pantalón al suelo miro mis botas dándole menor importancia me las arranco regalándome una mirada fructífera dándome a entender que esto apenas comenzaba, paso una de sus manos por las medias que cargaba sin dejar de mirarme sínico sintiéndome idiota por pensar que encontraría alguna diferencia entre el y mi familia. Pasaba sus manos por mi cuello y muslos totalmente desnudos, dando caricias asquerosas.

Aun con su pantalón puesto rozo su erección contra mi entrepierna; en ese momento llegaron a mi mente imágenes asquerosas que lastimosamente pronto se harían realidad.

Se acerco peligrosamente a mi cara o mejor expresado a mi boca, sentí un leve rose de sus labios, quería vomitar. Se aparto un poco de mi cara mirándome con su sonrisa sínica.

Llorar era lo único que podía hacer.

Bajo a mis senos dejando un sendero de saliva pegada a mi piel sudorosa, lamio un pezón y luego el otro para luego tomar uno y quedar allí, jalándolo como si fueran de plástico; dolía y me enfurecía.

Trate de moverme pero no podía.

Se separo de mi cuerpo dejando entrar el frio de la noche oscura, se acerco a la puerta y la cerro, apago la luz cuando termino de hacer esto se quito lo que sobraba de su ropa.

La luz de la luna entraba por las ventanas, mientras que afuera de la casa se encontraban toda la familia reunida.

Mientras que escuchaba como ellos festejaban y reían yo sufría el infierno en una de las habitaciones. Todo estaba a oscuras a excepción de las pocas partes de la habitación dándome a ver el horrible rostro de mi primo el cual me estaba violando.

Se acomodo entre mis piernas abriéndolas para el, tomo su miembro acomodándolo en mi entrada para luego mirarme con su sonrisa de sádico.

El pánico, no quería que esto pasara. Quería gritar, me daba asco sentir su tacto.

Mi espalda se curveo cuando su miembro estuvo dentro de mi vagina dándose paso, sin esperar nada empezó con su movimientos bruscos.

Dolía, a pesar que había ingerido esa píldora me dolía junto con tener lo a mi vista y sentir esa cosa dentro de mi me daba asco y me enfurecía.

Me enfurecía saber que esto estaba pasando por mi idiotez.

Sintiendo todo, cada embestida; escuchando cada chapoteo, me producía asco saber que aun cuando esta siendo violada mis pensamientos no me dejan en paz.

Pasaban los minutos, horas, que para mi fueron eternidades.

Pero seguía ahí inmóvil, cada vez que se corría dentro de mi sentía una sensación de asco esa que jamás experimente con otra cosa que no fuera mi sangre.

Pero allí en la oscuridad seguía.

Una, dos, tres, cuatro embestidas.

Pasaron horas antes de intentar moverme.

Intente mover mis manos.

Funciono solo un poco pero funciono.

Intente hablar.

—Aléjate de mi animal.—Susurre.

Abrió los ojos como platos de la sorpresa al saber que si quiera podía pronunciar palabra, pero antes de que me diera cuenta me dio una bofetada, relamí mis labios sintiendo mi sangre fluir por mi boca. Grite, grite por ayuda. En pocos minutos escuchaba como el se reía, y reía con desdén, escuche unos pasos provenientes de las escaleras y me lo imagine a el: en la cárcel pudriéndose en ese lugar por violar a una mujer y ni tan solo una mujer sino también a su pariente sangre de su sangre.

Pero me equivoque.

Si era toda mi familia pero no estaba allí precisamente para ayudarme sino, para ver el espectáculo.

¡A ellos le parecía un espectáculo que me estuvieran violando!. Cuando estuvieron todos incluyendo a mis dos hermanas, las vi una sonriendo triunfante y su hermana quien la sujetaba de la mano sollozando.

En mi mente quedo grabado sus sonrisas sádicas.

Allí entre la gente que llamaba familia y mis sollozos recordé esas palabras que tanto repetía mi ex mejor amiga.

—Puede ser tu familia pero no puedes dejar que te maten a golpes cada vez que quieran.—Esas fueron las ultimas palabras que escuche de ella, y era un consejo que llevaría a cabo a partir de este instante.

Cuando iba a quitarme lo de encima un golpe sordo me dejo inconsciente.

Nota:

Si llegaste hasta aquí quiero agradecerte. ❤

Gracias por convertirte en mi amada/do lector. .(❁'◡'❁)

Si dejas comentarios los leeré gustosa. (☞゚ヮ゚)☞

Y, ¿Cómo se encuentran Chavales?

También quisiera leer sus anécdotas sobre ¿Qué pasara?.

Mañana nuevo cap 💕

Cortito 🤷‍♂️ lo se, pero...

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