Capitulo IV

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IV. Me duele.

Cuando abrí mis ojos me encontré con la misma habitación sola, desde hace quien sabe cuanto tiempo me encontraba, en el momento en el que me levante mi cabeza dio vueltas sin parar obligándome a sentarme de nuevo. En el momento que me senté, el dolor de en mis caderas hizo que me removiera.

Acostada recordé todo, desde por que termine en la habitación hasta presenciar como mis familiares veían como me violaban sin decir nada.

Me cuestione con que me podría encontrar apenas saliera de la habitación y me encontrara con mis familiares. Pero algo si era seguro no me quedaría con ellos un día más.

Con mas valentía me levante, sintiendo esa punzada en mis caderas: pero no solo eso dolía, dolía mis piernas, brazos, senos cada parte de mi jodido cuerpo dolía al punto de querer saltar de un puente por el dolor. Caminando con dirección al baño me percate de algo, su semen; de mi entrepierna salía el semen de mi primo.

Entre en pánico.

Las manos me sudaban, mi cabeza daba vueltas, creía que me iba a desmayar en cualquier momento.

No quería un hijo a los diecinueve.

No podía velar por mi vida, mucho menos de otra.

Comencé a temblar, mi respiración era entre cortada.

Entre al baño observando me en el espejo del lavamanos.

Mi rostro, deos mío.—Pensé viendo el moretón en mi mejilla, pase a observar mis ojos rojos de tanto llorar.

Antes de tratar tranquilizarme pegue mi espalda con una de las paredes del baño sentándome y abrazándome a mi misma buscando el refugio que necesitaba, la valentía y el coraje para poder enfrentar esta situación.

Ahora si era decisivo, me largaría de ese lugar ese mismo día.

Me metí en la regadera , tomando el fregador restregándome cada parte de mi adolorido cuerpo: trataba de no llorar, por que debía salir a delante por mis hermanas, debía ser fuerte y darles esa fortaleza que necesitaban. Mis ojos picaban viendo cada chupetón, hematoma y moretón que poseía mi cuerpo. Grite para poder sacar esta vida que me atormenta.

Mi mente daba vueltas. Todo ah pasado tan rápido que mi mente no analizaba correctamente lo que esta pasando, confundida, aterrorizada, con esas ganas de correr por que en eso se basa mi vida tratar de alejarme de todo lo que me hace daño.

Pero por algún arranqué de huida podía llevar a mis hermanas a un barranco sin salida. Una pisada en falso los llevaría a la ruina o a la muerte.

Pero debía estudiar el terreno rápido antes de la anochecer si era posible, por que me largaría con mis hermanas.

Ella, esa mujer que según ella es mi verdadera madre.

Esa mujer la cual no sabia su nombre, llego a mi vida quitando el significado de la palabra familia que mantenía en mi mente por todo este tiempo. Cambiando mis pensamientos, alterándolos de una forma inesperada; al comienzo de aquella conversación que no quería oír, que quiero olvidar o por lo mínimo no analizar—porque esa era una de mis virtudes, o defectos analizar.—Todas absolutamente todas las conversaciones sobre mi madre retumbaban en mi cabeza dándome ese dolor de cabeza que deseaba quitar, por que eso no quería, no quería no debía y ya no podía seguir atormentándome de esta forma.

Dejaba que el agua fluyera por todo mi cuerpo adolorido, observando la nada.

Por que si, debía dejar de pensar en cual era cual y largarme. Lo mas lejos posible, pero e aquí un factor determinante: mi familia.—la causa de todos mis problemas—ellos no se quedarían de brazos cruzados viendo como me largo de aquí, que eso pasara era imposible en todos los ángulos que lo vieras.

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⏰ Última actualización: Jun 20, 2021 ⏰

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