Prologue I

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"Ese fue el día que la inocencia de la primavera se perdió, las flores de Sakura dejaron de florecer, en su lugar lo que emergió fue muerte y sangre.
Ese día fue el inicio de nuestra lucha por sobrevivir..."

Prologue (parte I)

15-04-2023
23:15hs
Saitama, Japón

Sintió como su celular vibraba, desventajas de ponerlo bajo la almohada, cosa que le hizo despertar. Palmo debajo de esta la ubicación del móvil, cuando lo encontró lo desbloqueo con los ojos medio entrecerrados, a causa del sueño y el brillo del aparato, y pudo ver qué tenía un nuevo mensaje.

El remitente del mensaje era de Aren Kurosawa, su amigo y compañero de clases.
No le molestaba que le mandara mensajes, le encantaba porque le era grato saber que podía contar con su compañía tanto física como virtual. Bueno, vivían al lado pero Mirai Kuroba (una adolescente de 16 años, de baja estatura, cabello castaño y ojos azules) a esas horas estaba más en el mundo de los sueños que en el real.

Casi a ciegas le respondió al chico con un

Está bien (✿^‿^)
Trata de contar ovejas, siempre funciona (◠‿◕)(◠‿◕)(◠‿◕)(◠‿◕)

Al mandarse dicho mensaje, en la casa de al lado, en una habitación a oscuras cuya iluminación era la de un velador se hallaba recostado un chico de cabello negro, con un corte asimétrico, ojos azules, facciones que rozaban entre lo infantil y lo varonil, aparentemente alto que recibió dicha contestación.
Tras leerlo se quedó mirando el techo, como si fuera de lo más interesante del planeta.

-¿Contar Ovejas Miri? La última vez que no pude dormir saltaron cerca de 870 y ni rastro del sueño.-

Suspiro, tenía que dormir, tenía clases en la mañana y no quería quedarse dormido en medio de ellas, al menos no por el momento ya que el ciclo escolar había empezado la semana anterior. Volvió a agarrar su reloj, que marcaba las 23:20; ya a esa hora todo el mundo estaba sumido en el tren de los sueños, por lo que descartó la idea de ir a la habitación de Ami, su prima, para charlar con ella hasta que tuviera un ápice en dormir. Tampoco quería despertarla, algo que Aren sabía desde que tenía memoria que su prima (más que eso la consideraba una hermana de su edad) se ponía de muy mal humor si la despertaban. Optó por levantarse e ir para su ventana, abrirla y treparse en ella, tal vez si miraba el cielo nocturno y contaba las pocas estrellas del cielo tal vez, solo tal vez, podría dormir.

Una vez subido cuál gato en la azotea, se sentó, noto que la luz del cuarto de su vecino aún estaba encendida y la ventana del mismo estaba abierta. En ese escenario se podía observar a un chico de unos 16 años de cabellos negros bastante desordenado, la piel la tenía blanca y poseía ojos de color negro, los cuales estaban fijos en un objeto que tenía en sus manos. De forma curiosa, Aren se acercó y con cuidado bajo hasta el pequeño balcón de su casa, detrás de las cortinas cerradas se encontraba el cuarto de Ami.

-¿Que haces despierto a estas horas, Shintaro?-
Sin dejar lo que estaba haciendo el nombrado contesto.
-Lo mismo te preguntó a tí, deberías de estar durmiendo. Te hará mal y luego Ami te regañara.-
-Correcion. Nos regañara a ambos.-
-No hables en plural, yo puedo disimular, mis ojeras siempre son poco notorias.-
Aren suspiro, en el tiempo que conocía al chico pudo deducir que siempre tenía argumentos para salir aireado de ciertas situaciones. Lo consideraba alguien bastante listo aunque detestaba su tono de superioridad falsa que tendia a tener.
-Bueno...- Hizo una pausa mirando hacia arriba y luego hacia el chico de en frente, desde esa perspectiva pudo notar que este poseía lo que parecía ser cicatrices pero decidió obviarlo. -¿Quieres ir arriba un rato? Creo que sí hablo con alguien tendré sueño.-
Shintaro levantó su mirada por primera vez en ese rato transcurrido, asintiendo como respuesta a Aren. -Aguarda unos minutos ¿Si?-

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