Blood ties

En el principio del fin

"Cuando yo era niño... Me imaginaba en la clase de hombre en el que me convertiría.... Jamás pensé que mi vida se convertiría en esto y es que... ¿Será así mi vida pelear con los muertos vivientes y sus creadores? ¿Cuál es él es punto? Esas preguntas son las que que me invaden desde hace tiempo"

15-04-2023
11:00 AM
Pasillos del primer piso del edificio principal, Instituto Fushimi, Saitama, Japón

Shintaro iba con el mayor sigilo, se encontraba apoyado en una de las paredes mirando de reojo con dirección a los salones, todo parecía muy silencioso. Eso era mala señal.

En esa posición saco su teléfono y busco a alguien entre sus contactos, marco la opción de llamada y puso el aparato en su oreja.

-Vamos. Contesta rápido.- Susurró al tiempo que movía su dedo índice contra la funda.
-"Hola soy Ingrid Hunnigan. En este momento no puedo contestarte, así que por favor deje su mensaje luego de la señal."-
Los ojos del joven se abrieron de golpe como platos. Colgó e hizo la misma acción de llamada unas cinco veces terminando en el mismo resultado. Alejo su móvil, saliendo de la aplicación mostrando la pantalla de inicio de su móvil, cuyo fondo era de; se trataba de una foto a juego con su novia, él tenía la foto de ella haciendo la mitad de un corazón mientras que ella tenía la misma de él con la misma pose en el suyo. Bloqueo la misma al tiempo que decía - ¡Oh vamos hunn-chan, me llamas por menos que esto! - Suspiro, guardando el aparato, pegando su espalda contra la pared al tiempo que veía disimuladamente a su costado. Ya tenía por asumido que ellos fueron más rápidos y aunque las intenciones que tuvo en terminarlo el resultado fue un completo fracaso.

En eso escucho voces en medio del silencio, al inicio eran tenues pero poco a poco se oían más fuertes. Shintaro asomó su cabeza lentamente para ver con más claridad de que se trataban de unos chicos de primer año yendo a su misma dirección. No tuvo que ser un genio para saber que estaban huyendo de alguno de esos monstruos por lo que, cogiendo valor y el mayor sigilo que le permitía, salió de su escondite y con una llave de Judo desnuco al zombie.

Los otros presentes quedaron un poco en shock, un poco sorprendidos por la velocidad en la que el otro apareció y aniquiló esa cosa.

-¿Cómo lo hiciste?- Cuestiono uno de los presentes. Era una chico de estatura media, cabello castaño claro, con ojos negros y poseía pecas en su nariz.
-Si fue genial. Es más rápido que tú Tadashi.- Respondió el otro chico; este era ligeramente más bajo y poseía cabello y ojos negros.

-No fue nada especial. Solo es cuestión de agilidad.- Explico Shintaro de forma tranquila, mirando de reojo al cadáver rematado.- Por cierto ¿Cómo se llaman?

-Soy Tadashi Amamiya, primer año y miembro del club de Judo. Estoy por ascender a primer dan.- Hablo el castaño.
- Y él, que alabo tú velocidad, es Denji Osaka.- Señaló al pelinegro.-

El mencionado hizo un gesto de reverencia rápida. -Yo soy primer dan, práctico desde que era niño.-
Namikaze asintió, mirando fijamente a los menores. -Ya veo. Miren; me gustaría que nos quedemos charlando y darles consejos, pero... -Mira el cadáver rematado. - si no nos apresuramos me temo que está charla quedará inconclusa indefinidamente. -Suspiro, girando la cabeza nuevamente a los chicos. - Para que no pase eso, corran lo más rápido que puedan, no se distraigan y en caso de que estén bastante acorralados den patadas al costado para derribarlos y, en tu caso, Tadashi ve directo con el movimiento del brazo interno al cuello y estirarlo para atrás. Esto siempre de manera rápida y si no hay muchos.- Explico poniendo las manos en los hombros de Tadashi mientras miraba a Denji.- Pónganse a salvó, sobrevivan y les juro que les daré más consejos.-

Denji asintió, lo mismo que Tadashi. Shintaro sonrió levemente, retrocedió para darse la vuelta y antes de empezar a correr escucho ¿Quién eres? Por parte del pelinegro menor; a lo que el mayor sonrió de forma tenue, con la cabeza levemente girada. -Shintaro Namikaze, segundo año, soy segundo dan en Judo, aunque estoy en el club de música ligera. No olviden nuestro trato.- Dicho esto comenzó a correr hacia delante, dejando al par que hacía lo mismo pero del lado contrario.