Donde Kook se equivoca de ID en Zoom pero termina conociendo al alfa de su vida.
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06. Decidido e inconscientemente seductor: Trata del bonito chico que seduce bestias.
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8 meses luego.
No se considera alguien extremadamente meloso. No lo hace pero... los innumerables besos que le da a su novio en el rostro cuando lo ve—ese apuesto e indiscutiblemente varonil hombre era ahora su novio—no dicen lo mismo.
Tampoco se considera alguien detallista o atento. ¡Por supuesto que no! Pero el enorme box lleno de cup-cakes con detalles exclusivos que el propio alfa le ha comentado entre charlas casuales durante esos meses—como los corazones en color morado o las notas musicales en diferentes colores—demuestran lo contrario.
—Cielos... —tiene todo el rostro coloreado al percatarse de la infinidad de detalles que ha puesto en ese obsequio. Hasta ahora repara en todo lo que se ha esforzado para el sencillo presente que va a darle al alfa por sus siete meses.
Desde que el menor dio el: Te acepto no hubo retorno para ninguno de los dos. Las llamadas en la noche eran casi un requisito obligatorio para poder ir a dormir con tranquilidad. Las salidas los fines de semana se volvieron una costumbre exquisita e inolvidable. Las visitas del hombre a su universidad eran una dulce sorpresa al pecho. Los roces de mano se volvieron los principales causantes de su nerviosismo. Los abrazos prolongados eran ahora su recarga de felicidad. Y los besos de despedida cerca a los labios... se volvieron un nuevo deporte extremo.
Si su madre viera como se iba corriendo luego de ello... santo cielo. Hubiera estado realmente orgullosa de su asombrosa velocidad. No era realmente alguien cohibido o lo que llaman introvertido. Era todo lo contrario. Solo que con su novio... demonios. Solo con escucharlo tiene las piernas temblando.
—Tu novio es caliente—inevitablemente da un salto sobre su sitio al verse interrumpido en sus pensamientos. Solo entonces recae en que para su desgracia sigue en clases. Y que ¡oh! la chica de al lado lo ha atrapado viendo fotos de su alfa en su celular. —Esos cup-cakes lucen tremendo—vuelve a hablar. —¿No quieres invitarme uno?
—No. —Cortante e irremediablemente honesto. No tiene ganas de seguir charlando con alguien que ha hablado de esa forma de su hombre.
—Oh vamos—insiste. —Tienes doce bien escondidos. Ni vas a notar que falta uno—. No solo estaba viendo entrometidamente la pantalla de su celular. ¡Oh claro que no! Incluso se puso a mirar dentro de la mochila abierta que estaba sobre sus piernas.
—No quiero ser irrespetuoso ni nada por el estilo—dice. —Pero no te conozco. ¡Y oh cielos! No tengo ganas de compartir el regalo que he hecho para MI novio—vuelve a hablar. —Ni siquiera lo pienses—interrumpe al verla con ganas de refutar. —Te he escuchado demasiadas veces hablando de mi alfa en todas las clases que lamentablemente compartimos. No tienes ni un poco de tino al hablar.
—No esperaba que te sintieras tan amenazado chico—responde con una sonrisa burlona en el rostro. —No puedo negarme tremendo placer visual si lo tengo enfrente—Kook aprieta los labios. —No debiste pedirle que te recogiera de la universidad sabiendo la cantidad de personas que iban a verlo—el calor en su rostro era por todo menos por vergüenza. —Soy una de las tantas a las que se le humedecen las putas bragas cada que tu novio aparece. Sabes bien que casi todos los omegas de la universidad quieren follar con-
