Capítulo 7

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La estructura moderna y lujosa del restaurante se encuentra encima de la arena de la playa. Cuando me acerco aspiro el olor a salitre del mar.

Entro y observo el gran ventanal que cubre los dos pisos de la pared que se encuentra cara a la playa, dejando una vista hermosa del atardecer y permitiendo que todos los colores del sol entren a través de éste. Me he enamorado de este lugar.

En el hall del edificio me para un hombre para pedirme el nombre. Hay gente en el piso inferior cenando tranquilamente, pero debe de ser un restaurante tipo club que requiera siempre reserva.

—Cassidy Johnson —respondo, mientras busca en una tablet.

—Para la reunión de antiguos alumnos, ¿no? —pregunta, sin despegar la mirada de la pantalla.

—Correcto —no hace falta que le diga más cuando me guía a las escaleras centrales que llevan al segundo piso del establecimiento.

Me encuentro con una  zona semejante al piso de abajo, pero repleta de mesas circulares, cada una con cinco sillas. La planta superior debe tener la posibilidad de alquilarse para eventos.

—¡Cass! —grita una voz que reconozco.

—¡Kylie! —grito igual de alto que ella.

La morena viene corriendo hacia mí estampando mi cuerpo contra el de ella en un fuerte abrazo.

—Ay, voy a llorar —empieza, después de separarse, mientras se abanica con la mano—. Estás preciosa, tenía muchas ganas de volver a verte —me vuelve a estrujar contagiándome su emoción.

—Y yo —le digo aún entre sus brazos—. Me encanta tu melena, tú también estás guapísima.

—La he conseguido domar por fin —se aleja de mí dando un paso hacia atrás y gira sobre sí misma para poder mostrarme al completo su pelo castaño rizado que le llega casi hasta la cintura.

Lleva un vestido de satén con tonos amarillos y violetas que hacen resaltar su bronceadísima piel y su mirada verde. Y pensar que ésta era la chica que en el instituto siempre llevaba el pelo recogido porque no era capaz de arreglárselo decentemente.

—Ya no llevo ese nido de pájaros en la cabeza —dice, justo cuando estaba recordando esa imagen—. Pero bueno, tú sí que has cambiado, sin ninguna duda.

—Me quité las gafas y el aparato, rollo patito feo.

—Pues estás espectacular —dice mientras se ríe de mi referencia.

Me siento espectacular. Mike cumplió con su promesa de hacerme brillar.

—Ven —me dice, agarrándome de la mano—. Llegas bastante temprano, esperamos que esto se llene dentro de veinte minutos —me informa guiándome entre las mesas.

—Te dije que iba a llegar temprano por si necesitabas ayuda.

—Y yo te dije que no era necesario —se para frente a una mesa con el número 5—, pero gracias. Nosotras nos sentamos aquí, junto con los demás de confianza —dice guiñándome un ojo—. Soy la encargada de las mesas y de las invitaciones, Ruby pone la pasta —hago una mueca.

—Qué raro de ella, queriendo ser siempre el centro de atención —digo sarcástica.

—Bueno, gracias a esta reunión, nos hemos vuelto a ver —me dice mientras me agarra ambas mejillas—. Así que, fuera pensamientos intrusivos, fuera malas vibraciones —me sacude un poco la cabeza—, y a disfrutar, bebé —me río y quito sus manos de encima para que deje de zarandearme.

Nos sentamos y picamos unos entrantes que ya se encuentran sobre la mesa para abrir el apetito.

—¿Alguna sugerencia para la bebida? —me pregunta, llamando a un mesero con la mano.

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⏰ Última actualización: Aug 26 ⏰

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