—¿Cass? —está igual de sorprendido que yo.
No lo veo desde hace tres años, pero está tan guapo como siempre. Se dejó crecer el pelo que antes tenía rapado, ahora algunos mechones castaño claro le caen por la frente, justo sobre su mirada azul oscura. Lleva un traje beige, una camisa blanca con los primeros botones abiertos y varias carpetas negras en las manos.
Después de unos segundos reaccionamos, él me regala una de sus perfectas sonrisas y yo me acerco a darle un fuerte abrazo.
—Cuanto tiempo preciosa —dice, devolviéndome el abrazo como puede por lo cargado que va.
La última vez que lo vi fue cuando rompimos.
Lo conocí en tercero de carrera, en una fiesta universitaria a la que había ido con mis amigos. Hubo cierta chispa y comenzamos a conocernos. Yo en ese momento había conseguido pasar página, por lo que le di una oportunidad. Duramos como pareja dos años y medio.
—Estás guapísimo —le digo y hace un movimiento de mano quitándole importancia.
—Anda ya —se aleja de mí y en ese momento nos percatamos de la presencia tras mi espalda.
Está rígido como una pared, de brazos cruzados y con los ojos echando llamaradas.
—Señor O'Donnell —Will encuadra los hombros—. Le traigo los informes que solicitó.
El susodicho no se mueve.
—En el escritorio — me aparto de la puerta para dejarlo pasar y Will deja las carpetas en donde le dice, vuelve a mi lado y se queda ahí plantado— ¿A qué esperas? Fuera —le suelta, sin pudor.
Will se va mirando al suelo, yo frunzo el ceño y tomo el pomo de la puerta para irme.
—Señorita Johnson, aún no hemos acabado —suelta el déspota, dirigiéndose hacia mí.
—Yo sí —digo y freno su trayecto de golpe.
Abro la puerta y me voy.
Atravieso el pasillo hasta la zona del escritorio de la secretaria, que parece haberse esfumado. En su lugar me encuentro con Will unos metros más alante.
—Que situación más incómoda... —dice acercándose mientras se frota las manos al pantalón de una forma nerviosa— Bueno, ¿qué haces tú por aquí?
—Te podría preguntar lo mismo —respondo mientras me río—. Tuve un encontronazo con Anna Roosevelt y ella quiso llevarlo por lo legal, pero no le salió bien —le resumo lo que ha pasado.
—Madre mía, ¿esa mujer no tiene mejores cosas que hacer? —me encojo de hombros y espero a que siga hablando—. Llevo un año trabajando aquí, al acabar la carrera fui probando en diferentes ciudades hasta que acabé en esta —dice admirando el lugar—. Estoy bastante contento.
—Como para no estarlo Will, es un bufete muy importante —le animo acariciándole el brazo, a él siempre le costó creer en sí mismo y en lo que puede llegar a alcanzar—. Estoy muy orgullosa de ti —su mirada se llena de cariño y me dedica una sonrisa sincera.
—¿Qué tal tus padres? ¿Tú cómo estás? —me acribilla a preguntas y suelto una carcajada—. Dios, tengo un montón de cosas que contarte, preciosa —me llama de la misma manera que cuando éramos pareja y eso hace que cambie mi sonrisa por una mueca.
—Pues espero que no sea en el hall señor Ledger —dice una voz detrás nuestra.
El dichoso abogado.
—Por supuesto que no, señor —se dirige al señor O'Donnell y él lo fulmina con la mirada—. Cass, un día de esta semana que tengas libre llámame, te invito a un café y así charlamos —me dice con una sonrisa amable.
ESTÁS LEYENDO
Plan de Conquista
RomantiekCassidy Johnson es una mujer dura de roer que dirige el departamento cardiotorácico, tiene carácter singular y está completamente en contra de los sentimientos. Nick O'Donnell es el dueño del Bufete de Abogados más prestigioso del país, deseado y al...