Paloma Negra

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Mami:
Te extraño tanto desde que te fuiste, quien sabe dónde estés ahora. Extraño tus caricias en la barriga, extraño tus meriendas, extraño cuando me preguntabas qué hice en la escuela y hasta extraño tus retos.
Teté me dice que vas a volver, cuando sea el momento, yo le creo, me dijo que ella te enviará esta carta ni bien pase por el correo. No sé a dónde la enviará, quisiera que me contaras dónde estás, si vivís en una casa de chocolate, con peluches de caramelo que dan ganas de abrazarlos aunque se te pegotee todo el pelo. ¿Podrías enviarme un pedacito de tu casa por favor? Que no sea del techo porque si no cuando llueva se van a arruinar las banquetas de oblea que tenés junto a la mesa de turrón blandito, no del que se pone duro. Quiero que vengas, montando un dragón de helado, pero vení en invierno porque ahora acá hace mucho calor y se va a derretir.
En la escuela me va bien, estamos aprendiendo a multiplicar y me estoy divirtiendo mucho, eso sí, me cansa escribir tantas veces multiplicar, multiplicaciones, multiplicamos, y escribimos tanto que la mano se me cansa de solo pensar en eso, mejor dejo de hacerlo, porque sino no te voy a poder escribir todo lo que quisiera decirte. Marcos, el chico de pelo enrulado y negro ya no es mas mi amigo, se esta juntando con otros chicos y ya no jugamos a los superheroes o inventamos historias sobre eleballos y sercodrilos. Ahora solo juega a hacer pistolas con bloquecitos y habla sobre tener novias y cosas que yo no entiendo.
Mamita querida, el otro día, Teté me regaló un peluche, lo llamé Puli, es un monstruo de un ojo con dos cuernitos, yo no le tengo miedo. Me gusta su ojo con el que mira cómo juego a ser un aventurero o tomamos un café juntos en una calle de París. Lo usé tanto en tan poco tiempo que Teté tuvo que coserle una pierna porque se había roto la costura. Jugamos a que ella era la doctora y yo era el enfermero, y me sentí como uno de esos personajes que ella mira en sus series, alcanzando agujas, el hilo azul y la tijera. Tranquila, tuvimos cuidado, no la retes a Teté por dejarme agarrar la tijera, pobre Puli necesitaba ayuda. Ahora se siente mejor, aunque tiene que usar muletas para caminar y le cuesta correr a los malos cuando jugamos a ser espías.
Teté me llama, está abajo y me dice que vamos a ir al pelotero, yo sé que vamos al dentista pero no digo nada porque después me compra chocolate. Le voy a pedir que vayamos a dejar tu carta en el correo así la paloma en la que mandan la carta llega mas rapido, espero que sea negra, me gustan las palomas negras. "Ya me canso de llorar y no amanece. Ya no se si maldecirte o por ti rezar. Tengo miedo de buscarte y encontrarte"
Te amo, te quiero, te adoro pero mas importante te extraño.
Con mucho, muchísimo amor
Yo

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