Aryana empieza a escribirle cartas al chico que le gusta, después de que su psicóloga así le aconsejara. Por lo que todas las tardes se sienta frente a su ventana y plasma su día en un papel que nunca enviará, pero que fantasea con como sería hacerlo.
Todo normal hasta acá, ¿Cierto?
Bueno, pues resulta que todo lo que hacemos y decimos, tiene una razón.
Y la razón de que Aryana plasme sentimientos y rutinas en papel, es parte de una herida que nunca pudo sanar. Y que ahora traerá fantasmas del pasado que le abrirán esa herida, y ahondarán en ella hasta poder descubrirla por completo.
Un antes y un después.
Acciones y sus consecuencias.
¿Quieres descubrir el pasado de esta historia? Bueno, empecemos por el presente...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.