Capitulo 34

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Doña Evangelina llegó a su casa, y lo primero que hizo, fue tomar el teléfono y llamar al Chucky.

¿Hiciste lo que te pedí?.

—Por lo menos salude antes mi doña, sea educada.

—¿Hiciste lo que te pedí? Idiota.

—Uy que genio, pero si, si lo hice. Le di toda la droga al chacal y estoy seguro que pronto...

—He decidido que seré yo quien mate al chacal. Y no con droga, si no con la misma sustancia que asesiné a mi difunto esposo. Lo haré en cuánto Pepe y Brandon se vayan de luna de miel. También tengo pensado asesinar al licenciado Rodriguez y probablemente a la pelos. No quiero dejar cabos sueltos.

Uy mi doña, son muchos asesinatos ¿No le da miedo?

—Asesiné a un sacerdote ¿A que creés que le tengo miedo? Imbécil.

—¡Tía!. — Exclamó Martina.

Después te llamo.

Martina descubrió a su tía hablando por teléfono.

—Hija, no es lo que piensas. Yo solamente estaba bromeando... No es cierto nada de lo que escuchaste.— La viuda intentaba calmar a su sobrina.

—¡No es cierto, yo lo escuché todo! Eres una asesina, una asesina.

—¡Callate imbécil! Te juro que si abres la boca, te mato a ti también ¿Me oíste?.— Amenazó la mujer.

Pero Martina, en vez de responder, corrió a su habitación y su tía detrás de ella.

—¡Le diré todo a Pepe!.— Gritó la chica intentando cerrar la puerta de su habitación.

—¡Tu no le vas a decir nada a nadie, bandolera! Antes, te mato, ya te lo advertí. — Doña Evangelina empujó la puerta, abriéndola y lanzando a su sobrina a un lado.—

—¿Por qué tía? ¿Por qué haces esto?.— Cuestionó Martina entre sollozos.— Tanta hambre tienes de dinero, que te has convertido en una criminal.

—¡No vuelvas a repetir eso, maldita! Todo lo hago por ustedes, por darles un futuro mejor, y para que no terminen debajo de un puente, ni en la calle pidiendo limosna ¿Así me lo agradeces?.

—Pero yo no quiero ser rica a base de asesinar gente, eso no ¡Y ahora Pepe lo sabrá!.

Martina se levantó e intentó escapar, pero su tía tomó un florero, y se lo estrelló en la cabeza haciéndola caer.

—Tu te lo buscaste, bandolera. Y si me sigues dando problemas, voy a tener que deshacerme de ti.

La viuda buscó algo para amordazar y atar a su sobrina.
Luego salió de la habitación para cerrarla con llave.

—Tía ¿Dónde está Martina?. — Preguntó Brandon.

—Ah... Creo que salió, pero no me dijo a dónde iba.

—Necesitaba hablar con ella para...

—Antes que nada, quiero decirte algo muy importante.

—¿Que cosa?.

—Tienes que casarte con Pepe mañana mismo.

—¡¿Qué?! ¿Pero por qué mañana? ¿No habías dicho que sería el fin de semana?.

—Eh... Si... Pero... Lo que pasa es que... Ya quiero irme porque me van a descubrir... Digo... Pepe nos puede descubrir. Esta mañana lo escuché hablando con el chacal. Al parecer, le parece sospechoso que la boda sea tan repentina... Así que no hay de otra, te tienes que casar con él para que al día siguiente nos vayamos a Europa. Te lo estoy ordenado.

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