Capitulo 20

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Doña Evangelina salió de su casa, intentando no llamar la atención.
Incluso, tuvo que sobornar al guardia de la entrada.

-Recuerde, si alguien pregunta, usted nunca me vio salir.- Dijo la mujer al hombre que cuidaba la entrada, mientras le acercaba un fajo de billetes.

-Tranquila señora, para mi usted, nunca salió de aquí.

-Perfecto.

La mujer se apresuró a salir de ahí y buscó a la pelos, cerca de la panadería a dónde la vio.

Estuvo esperando un buen rato, hasta que la pelos salió con la bolsa de pan en la mano.

Doña Evangelina, disfrazada con aquella peluca rubia, esa gabardina negra y sus gafas oscuras, se acercó a la pelos, fingiendo un acento americano.

-¡Disculpa, disculpa señorita!.- Exclamó la mujer, haciendo que la pelos se detuviera.

-¿Si, diga?.

-Yo querer hacerle una pregunta.- Dijo la viuda. Al parecer, la pelos no la reconoció.

-Tengo un poco de prisa.- Se excusó la pelos.

-No querida, ser muy rápido, no quitarte mucho tiempo.

-Bueno, sí es rápido, entonces no tengo ningún problema.

-Ok, pero no estorbemos a la gente, vamos para acá.- Doña Evangelina llevó a la pelos cerca de un callejón dónde no había gente.- Bueno, yo hacerte pregunta muy fácil.

-Ajá...

-Bien, aquí voy yo. Decirme tu ¿Cuál ser el esposo de la ardilla?.- La mujer preguntó muy sonriente.

-¿El esposo de la ardilla?.

-¡Yes!.

-No pues... No sé.

-El esposo de la ardilla, ser... ¡El ardillo?.

-¿El ardillo?.

-¡El que pega con el rodillo!.- Doña Evangelina aprovechó y sacó un rodillo de madera y sorprendió a la pelos, dándole un golpe fuerte en la cabeza.
La pelos soltó la bolsa del pan y cayó desmayada en el suelo.- Maldita, por fin me voy a deshacer de ti, chusma asquerosa.

La viuda tomó a la pelos y la arrastró detrás de un contenedor de basura.

-Cómo pesa esta desgraciada, a pesar de ser una muerta de hambre.- Luego tomó el teléfono y le dio la ubicación al Chucky y a su amigo.

La mujer esperó y esperó y, hasta que llegó una camioneta vieja y oxidada.
En aquel viejo auto, venían el mencionado Chucky con su cómplice.

-Disculpe señora, no ha visto a una mujer mayor así...

-Dejate de estupideces, ¿Que no ves que soy yo?.- Dijo la viuda mientras se quitaba las gafas.

-Ay mi doña, no la reconocí. Luce usted muy cambiada.

-No te mandé a llamar para discutir mi aspecto, así que date prisa y llevate a la desgraciada esa.

-¿Y dónde está?. - Preguntó el Chucky.

-Detrás del contenedor de basura.- Señaló la viuda.

-Por cierto, aquí está mi compañero "la tusa". - El Chucky presentó a su amigo, quién extendió la mano para saludar a la viuda, pero esta lo dejó con la mano en el aire.

-Ah si, mucho gusto. Disculpa que no te dé la mano, pero hay que evitar el contacto por la pandemia. En fin, vayan por la piojosa antes de que despierte.- Indicó la viuda.

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