Luchar por los tuyos,
es algo sumamente varonil.
Necesitaba un cambio de luck. De ahora en adelante serviría a la familia real y no era bueno lucir como el pueblerino que era y de lo orgulloso que se sentía. Sero lo acompañaba en esta ocasión, escogiendo entre peinados y cualquier tinte natural para poder cambiar su cabello a algo rudo, algo que quede bien con sus filosos dientes.
- Utiliza rojo. - insistió Sero por enésima vez. - Te va a quedar mucho mejor que ese azul.
- Pero quiero el azul. - dijo el más alto, haciendo un puchero con sus labios.
- El rojo le va a quedar mejor. - comentó una voz femenina detrás de los dos chicos. - Combina con sus ojos.
- ¡Eso es lo que le dije!
- Esta bien, esta bien. Será rojo.
El otro azabache sonrió, logró su cometido. Ambos salieron de aquella tienda, después de agradecer a esa dama esbelta de cabello largo.
Su caminar no era rápida, a pesar de estar por llegar tarde a su casa, el toque de queda se acercaba y estaba a media hora de su casa. Debía de correr y eso hizo, corrió con todas sus fuerzas para llegar a tiempo a su casa. No quería preocupar a su madre.
Su hermano estaba esperándolo en la puerta, con el ceño fruncido y cruzado de brazos. Estaba enojado.
- No digas nada.
- Pero, Chihiro.
- Llegaste tarde, muy tarde. - dijo haciendo énfasis en la palabra muy. - Y esta vez le diré a mamá.
- Sabes que mamá no debe de tener preocupaciones.
- Nadie debe tenerlas. - hizo un puchero. - Además, tu sonrisa dice que algo bueno y malo paso.
- Es algo bueno, pequeño.
- ¿Qué es?
- Vamos con mamá.
El pelinegro entró a la casa, seguido de su hermano menor. Busco en la pequeña sala-comedor a su madre, quien tejía con un estambre rojo unos guantes en su mecedora.
- Eijiro, querido, llegaste. - anunció la anciana, sonriendo, cerrando sus ojos al igual que su hijo. - ¿Cómo estuvo tu día?
- Genial, mamá. - contestó acercándose a ella. - Me aceptaron.
- Eso es bueno, mi pequeño.
La anciana volvió a sonreír, junto a sus dos hijos. Era un milagro que, para su avanzada edad, hubiera logrado tener dos hijos junto a su esposo. Tenía 40 años cuando el pequeño Eijiro nació inesperadamente, ni siquiera se dio cuenta de que estaba embarazada, no presentaba muchos síntomas y su abdomen tampoco creció hasta que tuvo los ocho meses de embarazo, fue entonces donde cayó en cuenta que estaba embarazada. Pero no se imaginaba de ocho meses. Quizás por la complexión de su cuerpo no sé noto el embarazo o quizás por su irregular menstruación.
Ni que decir sobre su segundo hijo, tenía 45 años, cerca de la menopausia cuando se enteró de su embarazo, algo extraño a su edad. ¡Incluso el mismo doctor quedó impresionado! Jamás, en sus veinte años atendiendo gente, vio un caso parecido a este. Su paciente, Kaede Kirishima, de 45 años de edad, estaba embarazada.
Kaede se levantó de su mecedora, siendo sujetada por su hijo mayor.
Cuánto ha crecido. Pensó mientras caminaban a paso lento para su habitación. Era temprano para dormir pero quería estar cerca de su esposo. Ese señor con el que estuvo casada por más de 20 años. Quién hubiera creído que duraran tanto, con el carácter de su esposo y el carisma de ella eran y son totalmente distintos. Quizás por eso sus hijos son así.
Eijiro pidió el favor de su hermano para teñirse el cabello. Chihiro, quien al inicio estuvo renuente, en estos momentos reía sin tener intenciones de parar al ver el nuevo look de su hermano. El rojo le sentaba perfecto, pero la forma con la que traía el cabello daba gracia.
- Pareces un perro castigado. - comentó su hermano entre risas. Eijiro hizo un puchero. - Toby, aquí tienes a tu gemelo. - habló dirigiéndose al perro color caramelo que movía su cola frenéticamente.
- Eres malo, Chiqui. - contestó burlándose del apodo que su madre le puso.
- Cállate.
Eijiro esta vez río. Amaba avergonzar a su hermano. Pero sabía que su hermano tenía razón, tenía que hacer algo con su cabello.
En su habitación había un bote de gel. Tenía una idea, una en que implicaría el uso de ese gel y un espejo.
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¡Hey! Hola mis goticas de colores.
¿Cómo estáis?
Aquí os traigo un nuevo capítulo.
¿Qué os parece?
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El guardián del príncipe. [KiriBaku] (Pausada)
RomanceLuchar por tu familia, es algo varonil. Ser buena persona, es algo varonil. Querer algo que no puedes poseer, no es para nada varonil. Un varonil pueblerino decide convertirse en uno de los guardianes del palacio real, enamorándose del príncipe de l...