Capitulo 17

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Abro lentamente los ojos al sentir la cálida y suave luz del sol de la mañana. Me estiro un poco, pero no demasiado para no alterar las heridas de mi espalda. Mientras me estiro no me doy cuenta de que hay dos brazos que me rodean y un cuerpo que me aprieta la espalda.

Siento que mi cara se pone roja cuando me doy cuenta de que Erwin me está acurrucando. Debe de haber ocurrido en algún momento de la noche; sé que no nos hemos dormido en esta posición. Puedo sentir su respiración contra mi cuello, lo que me hace estremecer. Su calor se sentía tan bien que no quería levantarme.

Me doy la vuelta suavemente, para no despertarlo, y le quito un poco de pelo rubio de la cara. Sonrío ante su rostro dormido, tan tranquilo. Mi movimiento hace que se remueva un poco en su sueño y me acerca.

Disfruto del abrazo hasta que siento que algo grande me roza el muslo.

Uh oh.

He vivido rodeada de suficientes hombres como para saber lo que les pasa por la mañana. En realidad, no me molesta mucho, lo entiendo, pero no quiero que se sienta incómodo cuando se despierte. Así que me desprendo lentamente de su abrazo y voy a coger mi uniforme y mis útiles de ducha del rincón de la habitación.

Por suerte, él sigue dormido y yo salgo lentamente del dormitorio y del despacho. Mientras camino por el pasillo, vuelvo a ver a Levi.

- Buenos días, mocosa. - me saluda. - Al ala del hospital, que sea rápido. - pongo los ojos en blanco, aunque en secreto agradezco su preocupación.

- Sí mamá. - suspiro y le sigo.

Caminamos en silencio. Siempre me he sentido cómoda sentada o caminando con Levi en silencio. Ninguno de los dos es especialmente hablador, así que es agradable no sentirse obligado a iniciar una conversación.

Llegamos al ala del hospital y me quito la camiseta a toda prisa.

- Que sea rápido. - le recuerdo mientras asumo la posición. - Pero, por favor, sea amable conmigo, capitán. - me giro, le guiño un ojo.

Suelto una carcajada mientras me dedica la mirada más cansada que podía existir, la frustración a primeras horas de la mañana le sentaba bien. Los hombres de aquí son tan fáciles de incomodar, que es bastante entretenido.

- Eres extraña. - me murmura mientras empieza a quitarme las vendas.

- Una persona extraña acaba de llamarme extraña. - digo en el mismo tono en el que él ha murmurado. Puedo sentir sus ojos quemando agujeros en mi cráneo.

- No deberías bromear así, sabes. - suspira Levi. - Alguien se lo va a tomar mal.

- Utilizo el humor para enmascarar mi dolor, Levi. - hago caso omiso de su advertencia. - Además, puedo arreglármelas sola, gracias.

- Si, - bufa. – tu espalda lo explica.

Me quedo callada unos segundos antes de responder.

- Laurie es diferente. No importa cuanto pase el tiempo, los años, el sigue teniendo completo control sobre mí. Simplemente no logro reaccionar.

Nos quedamos en silencio mientras termina de examinar mi espalda. Vuelven los familiares escalofríos que siento recorrer mi columna vertebral, cuando Levi roza suavemente mi espalda con sus dedos.

Intento mantenerme quieta, rezando que no pueda oír mis acelerados latidos mientras examina las heridas de mi espalda. Me quedo helada cuando, de repente, empieza a pasarme los dedos por el pelo y lo coge en un puño. Me agarra el lazo que tengo en la muñeca y me recoge el pelo en una coleta.

Una razon para luchar. Levi  x Lectora x Erwin - TRADUCIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora