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— disculpa — aquella palabra salió en voz baja.
Luego de tanto pensarlo, Jungwon tuvo el valor de acercarse a la chica y hablarle. Arrepintiendose casi al instante cuando la susodicha posó su mirada sobre él, aumentando en demasía sus nervios al tener su completa atención.
—¿hum? — respondió ella de vuelta, viendo por unos segundos al contrario. Al no recibir algún tipo de respuesta giró su cabeza de nuevo hacia la ventana.
Se dio una bofetada mental. Había quedado en vergüenza y quería que la tierra lo tragara, pero no, no se iba a rendir tan fácil. Respiró hondo y de nuevo, habló.
— quería devolverle esto — dijo en murmuro, pero aún así logrando captar la atención de la muchacha. En sus manos, estaban los audífonos. Se los extendió, tratando de controlar los nervios que lo hacían temblar.
— oh... son mis audífonos. Gracias, creí que los había perdido, ¿dónde los encontró? — levantó los susodichos de las manos de Jungwon, rozando las yemas de sus dedos contra la palma del contrario, logrando que un escalofrío recorra la espalda del pelinegro.
— los dejó... — vio a la contraria hundir sus cejas en una clara cara de confusión, causándole algo de ternura a Jungwon.— los dejó aquí, ayer.
Se lo pensó unos segundos, viendo a los ojos del chico, perdiéndose en ellos.
— que raro... — negó levemente, saliendo del trance en el que ambos habían quedado.— de nuevo, gracias... me salvó la vida.— dijo ahora con una sonrisa hacia Jungwon.
— n-no es nada, no es para tanto.— respondió tratando de restarle importanciay lucir calmado cuando en realidad estaba colapsando.
— de hecho, sí lo es.
Se sumieron en un silencio, pero no era incómodo, por alguna razón, era tranquilo, se sentía como si se conocieran de antes.
— esto... ¿cómo se llama? — preguntó Jungwon para romper el hielo. Sí bien no sabía de donde estaba sacando tanto valor, agradecía de a poco superar esa timidez.
— ah, lo siento, soy Abril, ¿y usted? — sus ojos examinaban al joven, algo que sin saberlo, lo mantenía nervioso.
— soy Jungwon, Yang Jungwon.
— Es un gusto, Yang Jungwon — ambos sonrieron el uno al otro, de nuevo viéndose a los ojos cayendo en un trance.
El autobús paró, dañando por completo al momento.
— ya... aquí me quedo— murmuró con pesar, mirando al chico con cuidado.— gracias, otra vez.
Se despidieron con una sonrisa, así hasta que la chica bajó del Bus para decir adiós con su mano hacia Jungwon.
