Capítulo XXIII: El peor día.(corregido)

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***
Shōto había llegado temprano a la ciudad y un carruaje lo llevaba de camino a casa.

—Vaya más rápido, tanto como pueda.—Le ordenó Todoroki asomado por la ventana del carruaje.

—¡Sí, señor!

Entonces Todoroki volvió a sentarse y notó que el caballo cabalgaba más deprisa.

"Necesito ver a Katsuki, quiero hablar con él para saber si realmente se ha estado revolcando con ese imbécil."—Pensó apretando los puños por la furia que sentía al imaginar al rubio cenizo con Yō.

Él no lo asimilaba, pues le dolía la posibilidad de que Bakugou le hubiera estado engañando todo el tiempo.

"Por el bien de ambos, espero que sea un malentendido. Porque, si es cierto, lo pagarán caro."

***
Entre tanto, Shindou se hallaba junto a Bakugou en la cama, observándolo mientras dormía.

"Se ve tan hermoso y tranquilo... Jamás me cansaré de mirarlo."—Pensaba sonriendo tiernamente.

No sabe a ciencia cierta cuánto tiempo estuvo así, pero fue un rato largo hasta que el de ojos rubí abrió los ojos.

—Buenos días, Katsuki.

—Buenos días...

—¿Qué tal has dormido?—Preguntó el mayor.

—Muy bien, porque estás aquí.

Dicho esto, se acercó y le dio un beso.

—Oye, Katsuki, ¿qué tal si lo hacemos una última vez~?

—¿Eh? Pero... ¿Y si viene alguien?

—No te preocupes, eso no sucederá.

Bakugou estaba dudoso pues sentía que ya tentaban demasiado a la suerte.

—Mejor no, temo que alguien nos puedan descubrir.

—Entiendo tu temor pero, compréndeme; no sé cuándo tendremos una ocasión así.

Era cierto lo que su amado decía, así que se tomó unos segundos antes de decidirse de manera definitiva:

—Está bien pero no te demores mucho.

—Sí, está bien.—Prometo ser rápido.

Dicho esto, Bakugou se tumbó boca arriba, con las piernas abiertas para permitir que Yō se posicionase entre éstas.

Una vez colocados iniciaron un apasionado beso que iba intensificándose cada vez más, sin embargo, fueron interrumpidos debido a que la puerta fue abierta de repente.

—¡¿Cómo te has atrevido a venir aquí, maldito?!—Gritó Shōto viendo a Katsuki y a su novio juntos.

Ambos se separaron y se vistieron  rápidamente.

—Lo lamento, no volverá a suceder pero no le hagas nada a Yō, te lo pido.—Le suplicó Bakugou.

Todoroki lo miró con rabia y agarró una de las muñecas del rubio para reprocharle.

—¡Mentira! ¡Todo lo que dices, es mentira!—¡No volveré a creer en ti! ¡Y por eso me libraré de este desgraciado!—Gritó mirando a Shindou.

Bakugou se asustó mucho y le suplicó una vez más:

—¡No! ¡Por favor! ¡Haré lo que sea!—Le dijo agarrándolo del brazo.

—No, ya es tarde para eso.—Vais a pagar por esto.

Tanto Yō como Katsuki supieron lo que aquello significaba y estaban aterrados.

—¡Por favor, no! ¡Mátame a mí si quieres pero no le hagas nada a Katsuki!—Le suplicó el de cabellos azabaches.

Todoroki lo miró y le contestó:

—Haré lo que tenga que hacer.—Respondió con frialdad.

Shōto salió al pasillo para ordenarle a uno de sus más fieles criados que llamasen a los guardias mientras él permanecía allí con el fin de que ninguno de los amantes se escapase.

El rubio cenizo no sabía cómo actuar, ¿qué debía hacer exactamente? Huir sería inútil en aquel momento y ya le había suplicado, mas el bicolor no cedía.

"Supongo que no tengo más remedio que rebajarme."—Pensó apretando los puños sabiendo que se iba a humillar unan vez más.

—Todoroki, si perdonas a Yō, tendré sexo contigo. Incluso si quieres que sea delante de él.—Dijo arrodillándose ante él.

Ya está, acababa de caer en el fango de la indignidad.

El de ojos desiguales, lo observó con una mirada fría y cruel, estando callado unos segundos para luego decirle:

—Intentar sobornarme con sexo ahora, no te servirá de nada.—Los dos vais a ser castigados.

—¡Pero...!

—¡Cállate!—¡No quiero escucharte en estos momentos!—Afirmó para después voltear su rostro en dirección contraria al más bajo.

Shōto estaba demasiado enfadado, razón por la que era ya imposible intentar razonar con él.

"Bueno, al menos podré morir junto a Yō."—Pensó dirigiendo su mirada hacia su amado, el cual le sonreía con tristeza sabiendo que todo estaba perdido.

—Katsuki, ven...—Dijo Shindou en voz baja.

El rubio cenizo, al escucharlo; fue directamente hacia él. 

—¿Qué sucede?—Cuestionó en voz baja.

—Bésame, por favor.

Bakugou estuvo de acuerdo y le besó.

—Te quiero, Yō.

—Y yo a ti, por siempre.

Se dieron un último beso, que duró menos que el anterior, ya que escucharon a Todoroki gritarles:

—¡Guardias, llevaros a Yō Shindou a fuera de aquí y esperadme abajo!

—¡Sí, señor!—Respondieron dos de los  guardias para llevarse al muchacho de allí.

Bakugou los miraba y gritaba:

—¡No, por favor! ¡No le hagáis daño!

Nadie le decía nada, estaba siendo ignorado.

—¡No lo matéis!

Silencio. Nada más.

"Yō..."

Katsuki comenzó a llorar como nunca, pues intuía el triste desenlace.

—Vosotros, llevaros a Katsuki al establo y encerradlo allí.—Y quedaros allí vigilando hasta que yo vaya; ¿entendido?

—¡Sí!

Los dos hombres se llevaron al rubio cenizo y lo llevaron a su destino, donde permanecería por bastante tiempo encerrado.

Cuando ambos amantes estuvieron ya cada uno en un lugar, Shōto anduvo hasta donde se encontraba Shindou.

—Yō Shindou, ha llegado el momento de divertirnos.—Espero que seas resistente.—Dijo con una sonrisa sádica que hizo temblar al de cabellos azabaches.

***

Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!




Nunca seré tuyo. [Todobaku/Shindobaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora