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Había pasado una semana exactamente desde la última vez que habló con la melliza de Renjun, y no iba a negar que estaba muriéndose por hablar con ella, sin embargo su hermana estaba apurada en que no la hablará y esperará, ¿Qué se supone que debía...

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Había pasado una semana exactamente desde la última vez que habló con la melliza de Renjun, y no iba a negar que estaba muriéndose por hablar con ella, sin embargo su hermana estaba apurada en que no la hablará y esperará, ¿Qué se supone que debía de esperar?. 

Jeno ha estado una jodida semana mirando como Jaemin parece chicle pagado a la chica, por que nunca la deja sola, siempre esta con ella, a donde quiera que vaya, él siempre estaba a su lado. 

Tampoco estaba seguro si podía seguir aguantando su furia y celos, cada vez que los miraba besarse, incluso hasta esos simples roces de manos, esas miradas cómplices y esas sonrisa coquetas, lo estaban matando lentamente. 

Ya no podía seguir así ni un segundo más. 

Al diablo lo que su hermana le había dicho, debía de hacer algo para recuperar a Meijun, por que no dejaría tan fácilmente que su amigo se quedará con ella, no podía. 

Por eso, ahora mismo se encontraba en la cafetería más cercana de la casa de su novia, esperando por ella, mientras comía de un delicioso cheesecake de galleta oreo, que para ser sinceros, era su favorito. 

Debía de prepararse mentalmente para lo que le diría a Jisoo, que posiblemente, no le agradaría para nada a la chica.

— ¿Puedes fingir aunque sea un poquito, preciosa? —le preguntó Minjeong a Yizhou, mientras le hacia dos coletas en trenzas

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— ¿Puedes fingir aunque sea un poquito, preciosa? —le preguntó Minjeong a Yizhou, mientras le hacia dos coletas en trenzas. 

— Pero... —se quejó— Yo quiero al tío Jeno, no al tío Nana —dijo, abultando levemente sus labios, mientras se dejaba peinar. 

— Lo sé, mi amor. Yo también quiero ver a Renjun con Jeno, pero desgraciadamente no es mi culpa que mi hermano sea un completo estúpido que no reacciona hasta que es relleno.

— ¡Lee Minjeong! —se escuchó el gritó de su novia desde el baño— No digas esas palabras enfrente de nuestra niña —la regaño, haciendo que Minjeong hiciera un puchero con sus labios. 

— ¡Ahg, como sea! —la pelinegra rodó los ojos. 

— Esta bien, mami —dijo la menor, haciendo sonreír a la mayor, dejándole un casto beso en su cabeza— ¿A dónde vamos? —preguntó curiosa la más pequeña. 

— Solo acompañarás a tu hermana a una cita con Jaemin. —dijo

— ¡Listo muñeca!. Déjeme verte —la niña asintió frenéticamente, girándose, dejando a la vista su hermoso vestido floreado, sus sandalias blancas con girasoles y sus dos trencitas, que mami Min le había hecho. 

Parecía una princesa. 

— ¿Mami Rina y tú, irán? —preguntó, haciéndole ojitos a la chica. 

— Oh, no, cariño. Solo irán Meijun y tú —Minjeong le sonrió, acercando su mano hasta su mejilla, acariciándola. 

— ¿Por qué? —preguntó, quitando la mano de la chica de su mejilla.— No quiero ir si mami Rina y tú, no van —empezó a negar, frunciendo sus labios. 

Minjeong río divertida, pareciéndole adorable la acción de parte de la niña. 

— No te preocupes, mi amor. Mañana te lo recompensamos, ¿Esta bien? —Yizhou asintió, abrazándola. 

— ¡Listo! —chilló Jimin, felizmente saliendo del baño seguido de Meijun, quien portaba un vestido corto amarillo y unos tacones bajos, su cabello amarrado en una media coleta, luciendo un poco de maquillaje, viéndose hermosa. 

— ¡Wow!, te ves preciosa —alago Minjeong, haciendo sonrojar al mayo— Cuando mi hermano te vea, seguro se le cae la baba, oh sí, sí. 

— No es para tanto. 

— Ajá, ya lo veremos —la pelinegra rodó los ojos. 

— Si, bueno, ya chicas —habló Jimin, deteniendo la futura pelea— Es hora de irnos, seguro ya debió de haber llegado Jaemin a la cafetería. 

Ambas chicas asintieron, Minjeong se levantó, tomando la mano de la niña, caminando las tres hacía Jimin, para después salir de la casa del mayor, comenzando su camino hacia dicho lugar. 

— ¿De qué querías hablar, Jeno? —preguntó Jisoo, mirando fijamente al chico, poniéndolo nervioso

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— ¿De qué querías hablar, Jeno? —preguntó Jisoo, mirando fijamente al chico, poniéndolo nervioso. 

— Bueno, y-yo... —el castaño mordió su labio inferior, tratando de ocultar su nerviosismo— Debemos de terminar.

 —el castaño mordió su labio inferior, tratando de ocultar su nerviosismo— Debemos de terminar

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No Tan Heterosexual ღ NoRenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora