No Tan Heterosexual ღ NoRen

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Después de una larga caminata hasta la casa de Renjun, finalmente ambos chicos llegaron hacia su destino; la habitación del mayor. 

Cuando los dos estuvieron dentro de la habitación, Renjun cerró la puerta, colocándole el seguro, pegándose contra esta, mirando fijamente al castaño. 

Sus miradas se cruzaron, poniendo nervioso al castaño, tragando grueso, aún sin desviar la mirada de la pelirroja, mientras Renjun se debatía mentalmente sobre que hacer; si besarlo primero o explicarle las cosas y del por que se vistió como una chica. 

Finalmente decidido, Renjun comenzó a caminar lentamente hacia él, haciendo que el castaño abriera sus ojos, sorprendido, poniéndolo aún más nervioso con cada paso que daba hacia él; los latidos de su corazón se aceleraron, sus manos sudaban, sus piernas le temblaban, sentía que en cualquier momento caería, y cuando finalmente Renjun quedó frente a frente con su rostro, sintió que el aire le hacia falta. 

Su respiración se volvió entrecortada cuando la chica le sonrió de forma coqueta, acercándose lo suficientemente cerca como para escuchar sus respiraciones mezclarse, pasando sus brazos por el cuello del más alto, pegando sus cuerpos, la pelirroja desvío la mirada de los ojos del castaño, hasta sus labios, finalmente cortando toda distancia entre sus labios, iniciando un lento beso, tomándose su tiempo de disfrutar los labios del otro. 

Estando consciente de la situación, Jeno colocó sus manos en ambos lados de las cadera de Renjun, tomándose su tiempo de lamer, morder y chupar los labios del castaño, provocando que soltará un leve jadeo, sorprendiéndolos a ambos, pero que sin duda prendió algo dentro de ellos, sintiendo un extraño y fuerte deseo de ir más allá de los besos. 

Separándose ligeramente, ambos chicos se miraron, con un inexplicable brillo en sus ojos y unas sonrisas formándose en sus labios. 

— No me importa el hecho de que te hayas disfrazado de chica, solo para llamar mi atención, incluso estando con Jisoo, la única persona que me gustaba, importaba y amaba eras tú, Renjun. —confesó, quitándole la larga cabellera pelirroja al mayor, haciendo que sus ojos comenzarán a cristalizarse, debido a las lágrimas acumulándose— No Choi Jisoo, ni Huang Meijun, sino tú, Huang Renjun. Si alguna vez pensaste que jamás te haría caso, por que "Me gustan las chicas y tú eras un chico", estabas muy equivocado, por que mucho antes de eso, tú ya te habías robado completamente mi corazón, tú eras la única persona en mis pensamientos, eras la única persona que se robaba toda mi atención, se robaba mis sonrisas, mis miradas, mis suspiros, todo. —Jeno dejó un suave beso en su frente— Y tengo que admitir, que aún vestido de mujer, con falda, con maquillaje, tacones y un largo cabello pelirrojo, te veías lindo, adorable y obviamente, precioso. —ahora Jeno dejó un suave beso en sus nariz, haciendo sonrojarse el mayor por tal confesión— Me gustas mucho Renjun, incluso vestido como chica, me encantas aún más —Jeno sonrió, uniendo una vez más sus labios en un dulce beso, demostrándole lo mucho que lo amaba. 

Renjun pasó sus brazos por el cuello de Jeno, profundizando el beso, mientras que Jeno tomó de los muslos al mayor, haciendo que enredará sus piernas en su cintura, pasando de ser un dulce beso, a ser un beso apasionado y desesperado, buscando sentir aún más al otro. 

Como pudo, Jeno caminó con el mayor en sus brazos hasta su cama, acostándolo suavemente en ella, subiéndose encima de él, admirando cada una de sus facciones, su cabello levemente desordenado, sus labios rojos e hinchados, su respiración entrecortada y los latidos de su corazón acelerados. 

— Te amo por sobre todas las cosas, Renjun —dijo haciendo sonreír al mayor, mientras las lágrimas comenzaban a caerse de sus ojos, deslizándose por sus mejillas. 

Renjun lo abrazó, comenzando a llorar, provocándole ternura al menor, quien lo abrazó aún más fuerte, mientras esparcía besos por todo su rostro, finalizando con un dulce casto beso en sus labios. 

— Te amo más de lo que imaginas, Jeno —respondió Renjun, susurrando contra sus labios, haciéndolo sonreír. 

— ¿A dónde vamos, mamá Min? — Preguntó la pequeña rubia, mirando curiosamente a la pelinegra, mientras caminaba tomada de las manos de ambas chicas. 

— Vamos a mi casa, muñeca — Respondió, mirándola con una sonrisa en sus labios. 

— ¿Porqué? ¿Qué hay de mi hermano y Jeno? — Interrogó confundida la menor. 

— Esos dos tórtolos, tienen cosas de que hablar a solas, mi amor — Le respondió Jimin dulcemente. 

— De acuerdo. 

Sin responder nada más, la pequeña Yizhou estuvo callada todo el resto del camino hasta la casa de Minjeong.