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Pasaron al rededor de una hora así, Luz con su manga y Amity garabateando en un cuadernillo.

— Y... ¿vienes aquí seguido? —Luz intentó sacar plática como por onceava vez.

— Hum —y Amity contestó lo de siempre.

— Vamos linda, solo quiero platicar, no muerdo —Amity al fin levantó la vista de su cuaderno, pero solo para dedicarle una mirada de desagrado y asco a la otra chica— chale, eso sonó mal, ¿verdad? —se rió nerviosa, la morena no tenía nada de experiencia socializando adecuadamente.

— Agh, que fastidio —la verdad, le daba algo de pena ver a la castaña intentar tanto hablar con ella, así que cerró su cuaderno— vengo cuando quiero estar sola.

Resignada, Amity dejó caer su cuaderno y lápiz por un lado, se recostó por completo en el puff, y se acomodó rodando su cuerpo en dirección de la otaku.

— ¿De quién te escondías? —preguntó la morena mientras imitaba la posición de la peliverde.

— De Queti —dijo molesta.

— No voy a caer en esa —entrecerró los ojos— vamos, solo quiero chismear —la peliverde desvió la mirada.

— De la nueva capitana del equipo de rugby, yo... acabo de dejar el equipo —Luz no pudo descifrar el tono con el que la otra lo decía.

— ¿Jugabas?, difícil de creer con la apariencia de princesita que tienes, mal —atrajó nuevamente la mirada ámbar de su compañera.

— ¿Uh?, ni al caso tu comentario —se llevó una mano dramáticamente al pecho fingiendo ofenderse, Luz rió— ugh, si que eres un fastidio... Oye, ¿en serio esto es un club? —Amity cambió rápidamente de tema.

— Sí, es solo que... El resto de los miembros no pudieron venir hoy —lo dijo en un tono realmente deprimente.

— Que aburrido —la otra chica asintió, y Amity se sintió obligada a continuar la charla— ¿y, qué lees?

— Naruto —la morena sonrió presumiendo su manga.

— Que mal gusto, nena, ya decía yo que aquí apestaba y no era solo por los chicharrones.

— ¿Eh, de que hablas, güerita?, ¿insinuas algo? —la peliverde sonrió maliciosamente, y le dió una pequeña patada en una pierna— ¿qué haces?

— Otaku que veo otaku que pateo.

Luz sintió algo de simpatía hacía la extraña chica a su lado, pero eso no evitó que le regresará la patada.

— Triquitracatelas, princesita —y lo hizo con más fuerza que la peliverde.

— ¡Oye!

Estuvieron otro rato en la sala, Luz hacia un par de preguntas bobas y Amity contestaba, bueno, algunas veces. La peliverde terminó disfrutando de escuchar todas las tonterías que la castaña decía, y Luz disfrutó de que alguien aguantase todo lo que estaba parloteando.

Luz miró su celular, quería enseñarle a Amity un AMV que hizo de una película de Azura, la castaña se sentía muy orgullosa de haber mezclado a Los Angeles Azules con escenas de sus personajes favoritos, pero antes de poder hacerlo vio la hora, ¡ya eran más de las 6 p.m!, definitivamente Eda estaría molesta.

— Uh, ¿pasa algo? —Amity le habló.

— Mi jefa va a matarme —empezó a levantar sus cosas y guardarlas en la mochila.

— ¿Tan así es tu mamá?

— Con jefa me refiero a que soy su empleada, no a mí amada jefecita.

— ¿Trabajas?, ¿en dónde aceptarían a una otaku mugrosa?, que oso que termines espantando a la clientela con tu olor.

— Ugh —Luz rodó los ojos fingiendo molestia— hay los vidrios princesita, ya me voy.

— Hey, ya no me mostraste tu vídeo, ¿estarás aquí mañana?— Luz quedó algo sorprendida por la pregunta.

— Asies, ¿y tú?

— Ash, pues obvi, por si lo olvidaste este es mi escondite, además de que ahora necesito un club nuevo —Luz se emocionó con la última parte mientras que la peliverde también empezó a guardar sus cosas.

— Genial, nuevo miembro —Amity rodó los ojos, "menuda fifi es está morrilla" pensó para si y rió, y después salió de la sala.

🍃🍃🍃

— Buenaaas —Luz entró corriendo al local de La Casa Búho, King corría tras de ella felizmente.

— ¿Buenas?, ¿qué hay de buenas?, mira la hora que es, ¿dónde te habías metido? —Eda sonaba molesta, pero no pareciera que fuera por el trabajo.

— Se que debí haber salido desde hace rato, pero me distraje en la escuela. Descuida, ahorita mismo atiendo a la doña de esa mesa —antes de que se moviera Eda la jaló de una oreja.

— Alto, ¿pus qué estabas haciendo?

— Estaba en mi club —chilló.

— ¿El de lectura? —la vió dudosa, Luz solo asintió— ¿pus que estabas leyendo pa' tardar tanto? ¿la Biblia? —sonaba molesta, pero soltó la oreja de la chica.

— Bueno, en realidad me quedé chismeando —se sobó adolorida— pero no volverá a pasar, de veras de veritas.

Eda rascó su barbilla mientras fruncía los labios.
— Cómo sea, pero no andes sola tan tarde, llega a la hora acordada.

— Aw, te preocupas por mi —Luz se sentía muy conmovida.

— ¡APÚRATE A ATENDER ESA MESA!

Luz fue corriendo a dónde le indicó. Aunque Eda no lo dijese era verdad, se preocupaba por la mocosa, pero por otro lado saber que se había quedado hablando le hizo feliz, eso significaba que Luz al fin estaba haciendo amigos, o bueno, eso es lo que ella quería creer.

Terminada su jornada Luz se despidió, Camila pasaría por ella en un par de minutos.

— Mija, vámonos —escuchó después de un rato.

— Voy.

— Oye, te ves feliz, ¿pasó algo bueno? —Luz se quedó pensando.

— Nah, no realmente -se encogió de hombros, su madre asintió- pero... —Luz recordó algo— ¿crees que me podrías dar un poquito de dinero extra para comprarme algo en el almuerzo de mañana?

— Claro, pero ¿por qué?

— Quisiera comprar dos bolsas de chicharrones.

Su madre la vió preocupada, pero prefirió no seguir preguntando, solo asintió, ¿por qué de repente su chamaca quería tragar tanto?

Luz estaba emocionada por ir al club al siguiente día.

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