Todos alguna vez nos preguntamos que hubiera pasado si las cosas fueran diferentes.
En esta historia lo descubriremos.
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Leah Black siempre a tenido lo que desea, pero está vez se complica cuando lo que tanto anhela es al hijo de su padrino.
Harry P...
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Cuando el nombre de Harry salió del director absolutamente todos en el comedor miraron al azabache.
- Ve Harry - ánimo la castaña al chico que sin quererlo camino hasta el director quien lo hizo ir detrás de la puerta por la que los primeros campeones habían salido.
- Vayan a dormir - ordenó Dumbledore y junto a los otros directores desaparecieron tras aquella puerta.
Los murmullos comenzaron pero Leah ni siquiera podía oírlos.
¿Qué mierda acaba de pasar?
Era lo que se preguntaba.
- ¿Tú lo sabías? - Ron la miraba dolido.
- ¿Saber que? - repitió la pelirroja de mala forma.
- Venga, no estoy enojado pero me hubiera gustado saber si Harry metería su nombre -
- Harry no metió su nombre Ron -
El pelirrojo no la escuchó, comenzaba a enojarse - ¿Cómo lo hizo? -
- El no hizo nada -
- Por supuesto que no - soltó irónico - el nunca hace nada -
Ahora Leah ya estaba molesta.
- ¿Qué mierda te pasa? -
- Solo dime cómo lo hizo -
- ¡Que no hizo nada! -
- ¡Basta! - interrumpió Hermione metiéndose entre ambos pelirrojos.
- ¿Tú le crees? - preguntó Ron a la castaña.
- Por supuesto que si, ¿Cómo es posible que tú no? -
El chico bufo y dio media vuelta para salir hecho una furia del comedor.
- ¡Ron! - llamo la castaña.
- Ve con el, yo esperaré a Harry - dijo Leah a su amiga que asintió saliendo detrás del pelirrojo.
El comedor quedó vacío y Leah esperó en una silla. Pasaron minutos u horas hasta que Harry salió.
La pelirroja se puso de pie al instante.
– Acabo de enviar una carta a nuestros padres, llegarán mañana, no tendrás que competir, la tía Lily no lo permitirá – suelta al instante en que se une a él.
