Todos alguna vez nos preguntamos que hubiera pasado si las cosas fueran diferentes.
En esta historia lo descubriremos.
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Leah Black siempre a tenido lo que desea, pero está vez se complica cuando lo que tanto anhela es al hijo de su padrino.
Harry P...
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Cuando una guerra rige a el mundo solo hay dos cosas que pueden pasar, la separación o la unión.
Por suerte nosotros hablaremos de la unión, o su sinónimo, el amor.
Sirius Black no sabía en realidad que era el amor, lo más cercano a está que el chico conocía eran los múltiples intentos de su mejor amigo para salir con Lily Evans. James juraba que se casaría con la pelirroja, esto a Sirius se le hacía ridículo.
El primer ejemplo de Sirius sobre el matrimonio eran sus padres, aunque en realidad no eran un buen ejemplo. Sus padres estaban casados y no eran felices.
Entonces, ¿Para que servía casarse? ¿Para que unirte a alguien que te haga infeliz?
El prefería ser un alma libre.
O al menos eso creía antes de besar a Marlenne Mckinnon.
Sirius conocía a la chica desde primer año, ambos estaban en la misma casa, pero apesar de eso no convivían más de lo normal, para Sirius solo era la amiga linda de Evans.
Todo cambió cuando la guerra inicio.
James y Sirius se habían unido a la academia de aurores así como a La Orden del Fénix.
Un día fueron llamados a una misión, un ataque de Mortifagos.
Ellos estaban al mando de la operación, guiaron a la escuadra hasta el lugar del reporte. Era una casa de seguridad, una casa de seguridad prendida en fuego.
- vayan al patio, a la mínima señal de peligro ataquen - ordenó el auror Potter a tres de los aurores que los acompañaban.
Ambos pelinegros ingresaron al interior de la casa, había un aire ya conocido en esos tiempos, muerte.
- ustedes dos, arriba - otros dos de los aurores subieron rápidamente por las escaleras en busca de algo, quedando solo los dos amigos.
Al llegar a la sala usaron sus varitas para alumbrar el lugar, descubriendo a sus pies cinco cadáveres.
- mierda - murmuró él azabache incandose para comprobar sus signos vitales.
Sirius no necesito agacharse, estaban muertos, lo sabía, también sabía quién era la culpable.
- son marcas de la maldición crucio -
- Bellatrix estuvo aquí - escupió con odio el nombre de quién en algún momento fue su prima.
Justo en ese momento el chico se dio cuenta de una sombra en la esquina más oscura de la sala.
