La calma que precede a la tempestad

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Diario virtual de Ray

Continuación del 10 de junio de 20...

Yo solo había ido a estudiar, tengo tantas cosas que hacer... No he podido hacer nada. ¿Cómo iba a hacerlo? Me sentía arrastrada por una fuerza superior a mí. Todo ha sido tan rápido, me sentía... Estaba como... En una nube. Pero de pronto ha comenzado el caos.

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-¿Por qué has hecho eso...? -Susurró Samuel frunciendo el ceño.

Pero Ray no lo escuchaba, el retumbar de su corazón invadía su cabeza al golpearle el pecho como si tratara de romperlo. A ella no le pasaban esas cosas, siempre pasaba desapercibida. Y ahora sentía que toda la biblioteca la estaría mirando, pidiendo que hiciera que su agresivo corazón se callara.

-¿Te encuentras bien...? -Samuel empezó a preocuparse por el color de su amiga. Ray solo asiente con la cabeza y se esconde tras el cabello, inclinándose sobre sus apuntes. Y aquella nota. ¿Qué iba a hacer al respecto? Al otro lado de la mesa el depredador aguardaba pacientemente. Tenía el control de la situación y por lo tanto no había ninguna prisa.

Con la mano temblorosa, Ray agarra un bolígrafo y escribe con letra más pequeña y temblorosa de lo que le gustaría.

«Perdona, no quería quedarme mirando».

La toma entre sus dedos y se da cuenta de que es incapaz de alargar el brazo para dejarla en el espacio del contrario. Tomó aire profundamente y se pasó una mano por el pelo. Sabía que la estaba mirando, notaba sus ojos rasgados vigilándola.

«Vamos Ray, no es para tanto. No lo es.» Cerró los ojos. «A la de una... Dos...» Apretando los labios y hasta los dedos de los pies, lanzó el pósit con la sensación de que se estaba lanzando ella misma al vacío. Su cerebro gritaba en la caída libre.

Pero ya estaba. Ya lo había hecho y no había pasado nada. Todo seguía bien, ¿no? Poco a poco se destensa, empezando por sus pies agarrotados, luego sus brazos que había pegado al torso, por último alzó la cabeza y abrió los ojos. Se había hecho muy pequeña en aquellos instantes.

Todo estaba bien. Le había pedido disculpas y ahora podía seguir estudiando. Suspiró y trató de confirmar con su mirada que la nota había llegado a su destino.

No estaba. ¿DÓNDE ESTABA?

La nota estaba allí, arrugada por su mano torpe al agarrarla, pero la silla se había quedado vacía. Su depredador ya no estaba allí. Los ojos de Ray se abrieron de par en par. De pronto se sintió aliviada y muy tonta por estar dándole tanta importancia. Estaba haciendo un mar de una gota de agua. Sí, eso era. Seguro que para esa persona todo aquello era una tontería sin importancia y...

Una mano huesuda se posó sobre su hombro, apretando. Ray sintió la presión de un cuerpo inclinándose sobre ella.

La habían cazado.

-Me caes bien

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-Me caes bien... Vamos al baño y nos presentamos como es debido. -Un aire cálido rozó su oreja acompañando a aquellas palabras. La fiera tenía voz de mujer.

Lo único que Ray quería hacer era fusionarse con aquella silla y gritar mucho y muy fuerte. Que vinieran los de seguridad a rescatarla. Pero claramente no era una opción.

No era una sugerencia, sino una orden. No se sentía con fuerzas para negarse a algo así. Además, en un recoveco de sus entrañas afloraba una débil voz que deseaba ir con la depredadora.

Su hombro quedó liberado y entonces se sintió capaz de voltearse. Aquel animal salvaje se dirigía hacia la puerta, vestía ropa ancha y cómoda, en la camiseta oscura llevaba una imagen de BNHA -detalle que hizo que el corazoncito de Ray diera un salto de ilusión-. ¿Cuándo su vida se había convertido en el comienzo de un shojo? Desde el marco de la puerta su depredador giró la cabeza guiñándole un ojo, como un disparo directo a su pecho.

-Voy al baño -le susurró a Samuel que había regresado a sus apuntes.

-Vale... ¿Seguro que te encuentras bien?

-Sí, sí, tú tranqui.

Nunca el recorrido hasta los servicios de la biblioteca María Moliner se le había hecho tan intenso. Se tropezó con una mochila y casi tira la botella de agua de una estudiante sentada a la esquina de una mesa. Ray agachaba la cabeza y pedía disculpas de manera mecánica, mientras que Samuel la miraba desde su mesa, sin saber si reírse o empezar a preocuparse.

Vuelve a suspirar entrecortadamente ante la puerta del baño. «No pienses Ray. Es mejor no pensar demasiado.» Recobró el valor y abrió la puerta. Por suerte había más gente. Un par de chicas se lavaban las manos, dos de las tres cabinas estaban averiadas y la única funcional se encontraba ocupada. Una chica, que por su bolso de Chanel y aspecto bien podría estudiar derecho, aguardaba con impaciencia a que quedara libre.

A ella la estaba esperando apoyada en la pared.

-Te picaba la curiosidad, ¿eh? Aquí podemos hablar y no hace tanto calor como fuera. -Se acercó hacia Ray que se había quedado pegada a la puerta de entrada. Tuvo que apartarse, porque las otras dos chicas querían salir.

-Me llamo Sora. -Le dedicó un gesto con la cabeza, indicándole que era su turno de presentarse. Ray debía mirar hacia arriba para poder mirarla a los ojos.

-Yo... Yo soy Ray...

-Encantada, ¿y qué estudias, Ray? Estás muy chiquita para estar en la universidad.

-E-Es mi primer a...

-¿No piensas salir nunca? Tía, llevas 15 minutos ahí dentro. -Exclamó a sus espaldas la chica de derecho.

-Así que eres novata... No te había visto antes por aquí. ¿Te está tratando bien la universidad?

-Ah... Bueno... -Sora cada vez se acercaba más, haciéndola retroceder hasta que su espalda chocó contra la pared.

La estudiante de derecho golpeó la puerta del baño.

-No eres la única que necesita usar el...

Existen momentos en los que el mundo guarda silencio. Fracciones de segundo donde todo se detiene. No hay bombas, disparos, portazos, no hay corazones galopantes, no hay gemidos ni llantos. Solo paz. Sora, su depredador, se acercó lo suficiente a tomar un mechón de su cabello. El universo de Ray se redujo a aquellos ojos felinos que la miraban solo a ella. Su corazón ya no le taladraba el pecho. No se oía nada. Completa calma.

La calma que precede a la tempestad.

La estudiante de derecho comenzó a gritar.

No tardó en llegar la policía.

Sora_pinku y tú ~ FanFicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora