Cap 2

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Ya me había terminado de vestir, lucía un vestido holgado que me llegaba hasta las piernas, de un color carmesí un tanto gastado. Camine por los pasillos dirigiéndose a la habitación de Santius, por todos lados caminaban sirvientes con platos, manteles, sedas, todo para decorar, todo para la llegada de ella. Llegue a su habitación y abrí la puerta lentamente, al verlo sin remera mis pupilas se agrandaron y notaba un cosquilleo justo arriba de mi entrepierna.

-¿Qué pasa?, no tienes que estar acá, podría entrar en cualquier momento- dijo torciendo su silla para mirarme de frente, me acerqué a él con la mente en blanco y coloque mi mano en su hombro sin dejar de mirar su torso. Su respiración era pausada y tranquila, en comparación con la mía, agitada y descontrolada. El me miró de arriba a abajo, me pidió que diera una vuelta, luego de hacer lo que se me indico ,me tomó del brazo y me sentó en su falda.-Te ves muy bien, enserio, estas bastante linda-Insinuó, sonriendo y con esto sonrojándome. Aparte de la vista, ¿Qué estaba haciendo? ¿no quería que termináramos con esto?, pero por más que yo pensara en esto, me era imposible no dejarme llevar.

-Es más, el rojo de tus mejillas combina con el vestido. Si no te importa...-tomo mi mentón y me giro para mirarlo, mis labios deseaban ser tocados por los de él, el calor de su pecho me hacía estremecer y su mano me acariciaba la parte baja de mi cintura.

-Dijiste que no teníamos. Que no debíamos seguir- solté sin quitar mi mirada de la de él, este sonrió de lado y me acerco más a sus labios, susurró -no veo que te moleste- Y me beso, sí, sus labios se cerraron sobre los míos, haciéndome callar, produciendo que el cosquilleo que en ese momento sentí cerca de mi entrepierna se dispersaron en todo mi cuerpo.

Cuando su mano ya acariciaba mis pechos sonaron las campanas, me baje rápidamente de arriba de él, le di un beso pequeño en el cachete y corrí al salón donde, en el camino, me interrumpió Augusto.

-Tienes el vestido mal puesto, la cara muy roja y..- se acercó a mi cuello y lamió justo arriba de donde Santius me había dejado su marca. Me aparté rápidamente, sé que el noto el leve suspiro que saque cuando su lengua acarició mi cuello ya que en su cara sostenía una sonrisa un tanto traviesa.-Bichito, ¿te olvidaste lo que te dije?. El único animal que puede tomar de su leche soy yo, su fiel perrito, no un tonto...gato desesperado-

Lo mire de arriba a abajo, él lucía un vestido apretado, que aun siendo el hombre le queda mejor que a mi.-¿no vas a decir nada? Me genera intriga cómo te comportaras cuando este ella, ¿harás como si solo fueras una sirvienta más? aun teniendo esa picadura en el cuello-

Suspire ya algo molesta e ignorándolo pase a su lado dirigiéndome al salón, donde ya estaba lleno de damas con sus respectivos maridos. Nade entre la muchedumbre cuando comenzó a sonar una de las sinfonías de Beethoven, de la puerta que se encontraba a la izquierda de todos los presente, apareció una mujer alta, voluptuosa, vestida por un largo y escotado vestido de color grisáceo .Su cara pintada por una sonrisa era elogiada por todos los presentes ,menos, obviamente, por mí. Ella era Berkel,la novia y futura esposa de Santius. Viaja cada mes ya que su familia vive en otro pueblo y aprovecha cada oportunidad que tiene para venir a visitarlo.

Ya había empezado el baile, todos tenían a su pareja en sus brazos menos a yo,bueno..Santius no puede bailar debido a que no puede pararse pero su novia la pasa bien aun así, con él. Estos dos ocupaban el centro de visión de todos, todos se interesaban tanto por el que por ella, hablaban, se sonreían y besaban de a ratitos. Yo intentaba no mirarlos, podría ver a quien yo quiera, pero quería verlo a él, quería ver qué sentía cuando estaba con ella, que era distinto en ella que no era conmigo. Cuando ya la novia se había aburrido de coquetear con su noviecito y decidió ponerse a bailar con los chicos allí presentes, desvié un momento mi vista de el y al poco rato lo tenia frente a mi

-¿Vas a dejar de mirarme un minuto?, no es que este incómodo solo es raro...-

Le sonreí y solté,-Tan solo me gusta verte divertirte y gozar con tu novia-

Él me dedicó una sonrisa amable, luego me tomó de las muñecas. Tan solo el rose de su piel contra la mía me hacía temblar. Las apretó levemente sin dejar de sonreír, baje mi cabeza para evitar mirarlo, para evitar que el viera y disfrutaba lo que generaba en mi.

-¿Vas a estar en tu habitación no?, tal vez esta madrugada pase por allí, luego de pasar TODA la noche con mi solcito- Le implore que me soltara, él al hacerlo acaricio mi pierna. Sabia que le gustaba ser deseable, que me quería tener a su merced, no solo no tenerme le gustaba si no que le gustaba que yo lo deseara y que esperará el tiempo que haga falta para estar con el.

Luego de esta escena, la fiesta había terminado y todos los invitados se habían ido, Santius y Berkel estaban encerrados en su habitación y yo por mi parte estaba un tanto borracha sentada en el balcón del salón, mirando las estrellas cuando alguien me toco el hombro, cuando me voltee vi a Augusto  sonriendo, No sabía definir si estaba en el mismo estado que yo o No, pero tenía los cachetes muy rojos.

-Pensé que estarías en tu habitación o con San, aunque creo que los dos sabemos con quién está- dijo con algo de melancolía pero aun manteniendo la sonrisa. No tenía muchas ganas de hablar con él, en mi mente solo pasaba las cosas que esos dos estarían haciendo...

-¿solo venís a molestarme?¿quieres algo mas?-Dije ya corriendo mi mirada de él, este revoleó los ojos y se acercó más a mí casi rozando mis labios dijo,-si te quieres olvidar de él yo puedo ser la solución o tal vez te gustan más los inválidos-.Admito que era una muy buena oferta, pero no me tentaba, tal vez era la manera en la que me decía pero no me agradaba.

Me negué a hacerlo y marcadamente me dispuse a caminar hacia mi habitación, mi cabeza divagaba entre pensamientos lujuriosos y amorosos, de un lado para el otro pero había una cosa en común y era él.En el camino me lo encontré, una toalla tapaba su entrepierna desnuda y llevaba una remera holgada como es lo que suele usar...

-justo te buscaba- incito 

Mismo Sentimiento distinta intensidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora