LEVEL 4

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Mina:

Salí del arcade lo más rápido que pude, dejando atrás los vítores que estaba recibiendo Heartkiller.

Me sentía del carajo por no haber ganado, por no haber sido lo suficientemente buena para ganar ese estúpido torneo y haberme vengado del idiota de Heartkiller.

Marqué el número de Nayeon en repetidas ocasiones. Finalmente, después de cuatro intentos mi hermana respondió.

"¡MIIIIIIIINAAAAAAAA!" gritó. "¡Estoy ebriaaaaaaaaaaa!"

"El torneo ya terminó" dije intentando ignorar las estupideces de mi hermana.

"Pero la fiesta no ha terminado" dijo ella. "¿Quieres que te pida un taxi?"

"¡Me prometiste llevarme a casa cuando terminara el maldito torneo!" grité. "¡No puedes echa... ¡MIERDA!"

Nayeon había colgado la llamada. Sentía la sangre hirviendo, cada vez la situación empeoraba más.

Caminé hasta la parada de autobuses más cercana y esperé unos minutos. Subí al autobús y pagué de mala gana.

Al sentarme sentí un ligero ardor en mi mano, noté que mis nudillos estaban rojos por el golpe que le había proporcionado a Heartkiller.

La verdad era que nunca había recurrido a los golpes como lo había hecho aquella noche, por más que hubo ocasiones en el pasado donde la persona lo merecía, siempre había alguien que me detenía, ya fuera un profesor o quizá mi hermana si se encontraba cerca.

No me había disgustado la sensación, pero tampoco me había encantado, tal vez yo era más de amenazas e insultos.

Mientras pensaba en lo que había sentido al momento de golpear a Heartkiller llegó otro pensamiento a mi cabeza: a pesar de haber perdido el combate lo había disfrutado.

De todos los combates que había tenido a lo largo de mi breve trayectoria en el mundo de los videojuegos, nunca había sentido tanta adrenalina como la había sentido peleando contra villager. Quería atribuirla al lugar en donde estaba, a la gente que me veía en ese momento, incluso al hecho de haber llegado a la gran final de un torneo, sin embargo ninguna de estas cosas parecían ser la verdadera razón de mi disfrute. Villager era un personaje odioso, pero la manera en cómo lo utilizaba Heartkiller iba más allá de ser odioso; sus movimientos eran en verdad meticulosos, no caía en los trucos baratos de su personaje, sino que iba más allá.

"Eres una increíble jugadora" fue la última cosa que me había dicho él.

Solté una pequeña risa al recordar sus palabras.

Bajé del autobús y caminé hasta la puerta de entrada de la casa. La luz de la habitación de mis padres estaba encendida, por lo que imaginé que estaban esperándonos.

Tardé unos instantes en planear una mentira para no echar de cabeza mi verdadera velada. Cuando por fin formulé algo, abrí la puerta y subí las escaleras.

Mi madre salió de su habitación en cuanto escuchó mis pasos.

"¿Mina?" preguntó. "¿Y Nayeon?

"¿Te soy honesta, mamá?" dije.

El rostro de mi mamá se mostraba preocupado por lo que le iba a decir.

"Las fiestas de verdad no son lo mío" comencé a decir. "Por más que traté de encajar en ese lugar, en ese ambiente, con esas personas, simplemente me di cuenta de que aquello no era mi estilo."

"Ay, mi niña" dijo mi madre.

"Nayeon me vio incómoda y me pidió un taxi para que volviera a casa a salvo" concluí.

Gamer Love (Gold Edition)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora