Día 2

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Sus ojos se abrieron lento, estaba viendo el cielo nuevamente, la estrellas brillaban más que nunca esa noche en ese momento un cometa asomo por la atmósfera, pidiendo así un deseo.

La desilusión y abrumacion lo invadió, nunca estuvo en ese cabaña, nunca nadie le atendió, sus ojos se llenaron de lágrimas sus labios temblaron, la incertidumbre de saber que moriría de una manera tan horrible lo desesperaba. Llevo una de sus manos para cubrir sus ojos y dar un grito de ayuda, su voz rasgada, dura y sin sentimiento resonó entre las grandes paredes de los abismos, es ahí donde da un golpe en el suelo, frunce el ceño y decide dar un paso desesperado hacia adelante, con sus manos se arrastra, al primer movimiento escucho un "Crack" haciéndolo gritar de dolor, era como si estuvieran abriendo la pierna y sin anestesia.

Sus lágrimas siguen cayendo pero aún así se arrastra viendo la seña de sangre que su pierna deja por el camino. Logrando llegar al tronco del árbol, se calma, pero su vista se nubla. El dolor lo estaba matando.

Sus ojos se cerraron derrepente, se había desmayado.

Al momento en que escucho su nombre abrió los ojos, estaba acostado en una cama, el tacto de esta misma le gustaba, lo mantenía caliente, sentía sus heridas mejor se da cuenta que el muchacho que lo había recogido, le había puesto un yeso en la pierna.

—¿Eres doctor? -

—Llevo 4 años estudiando medicina. - Dice amablemente, se levanta y va a guardar todo lo que había utilizado para curarlo.

Jake se quedó esperándolo, para luego ver cómo traía con él una bandeja con comida. Se sienta a su lado para luego asomar le una cuchara que cargaba con avena y un pedazo de fruta.

Sin pensarlo la come y sin saberlo se había comido el tazón entero en unos cuantos minutos.

—Vaya que tenías hambre. - Él chico sonríe, Jake se nota tímido al verlo sonreír, era sin duda un muchacho lindo.

—¿Vives solo Tom? -

—Si, mi carrera no me permite didicarle tiempo a nadie. - aparta el tazón para luego darle unas cuantas pastillas y un basó de agua. —Son para tranquilizar el dolor de cabeza y en tu pierna, llevas dormido más de 7 horas, quizás por la anestesia. -

Jake toma sus pastillas, ¿acaso le había suturado la pierna?

—¿Puedo levantarme? -

—Claro para eso están las muletas. - le señala unas que están justo pegadas a la cama.

Miró el techo, volviendo a cerrar los ojos.

¡CRACK!

Grita desesperado nuevamente, a ese paso su pierna lo mataría del dolor, nota de nuevo como el río está frente a él. La noche aún seguía. El calor que sentía, era una fuerte fiebre causada por una fuerte gripe, le chillaba el pecho. Morir por hipotermia sería lo peor.

Con la camisa que lleva arranca un pedazo para poder hacer un torniquete en su pierna y parar el sagrado, para calmar el frío trató de moverse hasta un poco de ojas secas que estaban ahí, con las que tapó su cuerpo en mayoría.

Entrando por fin en calor, sus ojos se vuelven a cerrar.

Sentía como un abrigo cubría todo su torso, lo toma y se lo coloca, el dolor había disminuido gracias a los fármacos ya antes dados. Decidido a levantarse toma las muletas, era incómodo pero se había parado. Con ayuda de estas camina pasando la puerta de habitación, pasando esta estába el paisaje que le había gustado desde un momento. Miró por todos lados buscando a Tom, escucho una radio cerca y seguro estaba afuera.

Se sentó en el sofá y decide esperar.

Sus manos empezaron a sudar, sus pupilas se hacen pequeñas, estaba buscando algo, estaba buscando droga su cuerpo la pedía a gritos.

Marco de Sagre [GyllenHolland] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora