Prólogo + Personajes

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Copyright © 2020 Milagros Greco

Este libro contiene escenas no mostradas o subidas en el primer libro, ya que ese está siendo corregido.

Advertencia: contenido para adultos  (+18)

Prólogo

Christian Velásquez

La tengo.

La tengo a mi lado.

La tengo recostada a mi lado con el cabello desordenado y respiración agitada luego de haber echo el amor. Aún así es hermosa. Con las yemas de los dedos acaricio su delicado rostro sobre mi pecho desnudo y sudoroso, para luego ir a sus pestañas y mejillas como si fuesen de porcelana.

Es hermosa.

Es una diosa.

Mi diosa.

De pronto, abro los ojos colapsados. Estiro mi brazo e intento verificar si sigue a mi lado. Sin embargo, mi brazo pasa de largo por el colchón y las blancas sábanas; lo único que hay es un lugar vacío. Enseguida, me levanto asustado, y la busco con la mirada por cada rincón de la habitación, hasta que veo su silueta delgada frente a la ventana, mirando a través de ella dándome la espalda. Viste mi camisa negra, sus piernas descubiertas y cabello desordenado.

Me aproximo con la idea de acercarme y fijarme que no sea una mísera ilusión.

Intento acercarme, pero no puedo.

Otra vez intento... ¡No puedo! ¡No puedo acercarme!

No...

Debo tocarla.

Debo abrazarla.

Tercer intento, pero siento que mis pies estuviesen pegados al suelo.

—¿Madi?—la llamo. Sin embargo, ella hace caso omiso ante mi llamado—¿Madi? ¿Qué me sucede?—no responde. Me desespero al integrar despegarme. Se mantiene igual—¡Madison! ¡Amor!

La veo moverse, y cuando imagino que girará a verme, las esperanzas desaparecen cuando comienza a caminar hacia la puerta. Se va. No lo permitiré.

—¡Madison!—ella se frena ante mi llamado—¡No te vayas, por favor!

No dice nada. Gira a verme con una mirada angustiada.

—Es por tu bien—dice con una voz que me generó escalofríos.

¿Por mi bien?

Niego lentamente rogándole con mi mirada que no quiero que se vaya. No quiero que se vaya de mi lado, de mi corazón, de nada; la quiero conmigo para siempre, toda mi vida.

Ella es mi vida.

Gira, y sin más, cruza la puerta hasta que no puedo verla más. ¡No, no, no! No dejaré que se vaya. Intento correr para alcanzarla pero mis malditos pies no lo permiten. Sigo, sigo, pero no puedo. ¡¿Por qué no puedo?! ¡Debo detenerla!

—¡Madison, vuelve!—le ruego con la voz entrecortada. No viene. Sigo—¡Vuelve, por favor! ¡No me dejes! ¡Ayúdame! ¡Por favor!

Por favor, vuelve.

Vuelve.

Vuelve a mí.

Exaltado, me incorporo de golpe en la  cama. Gotas de sudor me empapan y tengo el corazón desbocado. Todo está completamente oscuro, ni una luz en la solitaria habitación de mi departamento. No está. Solo fue un sueño.

Paso una mano por mi cabello, respiro hondo para tranquilizarme e intento deshacerme de esa horrible pesadilla. Me dejo caer de espaldas y miro el techo del dormitorio. No consigo conciliar el sueño. La fragancia de Madison sigue pegada a las sábanas, me atormenta. Su almohada la llevo a mi cara para aspirar y apreciar su perfume.

Vuelve a mí [LHDLS #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora