Capítulo 1

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Capítulo 1: El regresar

Madrid, España
22:01 pm

MADISON

—¿Vendrás al cumpleaños de Candela?

—Obviamente si. Es el cumpleaños de mi amiga, no fui por dos años y le prometí ir ahora.

—Más te vale. O yo misma iré a buscarte a España y traerte a la ciudad—amenaza Eli señalándome desde el otro lado de la pantalla.

Río y levanto la mano en modo de promesa. Sabiendo que es capaz de hacerlo.

—Te lo prometo. Iré. No gastarás un centavo—prometí.

Eli mira con desconfianza, pero sabía que cumpliré mi promesa.

Por más que me haya ido  nunca perdí conección con las chicas. Siempre hacemos video llamadas entre las cuatro y reímos o hasta nos colocamos mascarillas.

Cuando acababa de terminar una tarea para una clase e iba a recoger todo despejando la cama para dormir, saltó una repentina llamada de Eli. No me quedó de otra que atender y desde más 10 de la note estamos hablando. Contó con lujos y detalles que Zabdiel organiza una fiesta sorpresa para Candela por su cumpleaños y todos están colaborando. Y que contaban conmigo para que esté allí, y así el cumpleaños era más festivo para Cande. Hasta Christian estaba colaborando.

Ay, Christian.

Sacudo mi cabeza.

—¿Cómo va todo por allí? ¿Los chicos y chicas qué tal?

—Todos se encuentran bien  y organizan la fiesta a full.

Suspiro frustrada recordando las veces que prometí ir y lo que me gustaría ayudar, pero algo siempre lo impide.

—De verdad he querido ir en estos dos años, pero...

Eli niega lentamente, sabiendo la razón.

—Por Christian, ¿no?—mira comprensiva.

Mi corazón late rápidamente al escuchar su nombre y su rostro aparece en mi mente.

Asentí.

—Y... ¿cómo está él? ¿consiguió otra novia o algo por el estilo?—pregunté controlando mi voz temblorosa al pensar que alguien más ocupa un lugar en el corazón de Christian.

Eli negó.

Sentí que podía estar relajada otra vez. Aunque, no debería sentirme así.

—No, nada de eso. Te extraña mucho. Los dos años que no estás pregunta si sabemos algo o a qué país te fuiste.

Cambié mi cara a una de terror.

—¿No le dijeron cierto? —cuestiono alarmada.

—No, tranquila—el tono de voz de Eli me relaja—. Pregunta pero no decimos nada.

Yo suspiro calmada.

—Gracias. Si se entera que estoy en España, no sabría qué hacer—paso mis cabellos hacia atrás y muerdo mi labio—Podría irme a... ¿Italia? Es bonito, o a Seattle.

—Tranquila, Madi, no se esterará. Ahora, hablando de España, ¿cómo es allí? ¿es bonito?—apoya su cabeza en su palma.

—Muy bonito—sonrío.

—¿Quién es el chico que te sacaste una selfie y está a lado de tu cama?—señala la mesa de noche.

Volteo donde estaba el portaretrato encima de mi mesa de luz. Sonrío. Estiro mi brazo para tomarla y lo muestro en la pantalla.

Vuelve a mí [LHDLS #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora