Donde Taehyung fue educado en casa por su madre extremadamente religiosa, y él quiere ir a una universidad pública para poder tener amigos.
O donde Yoongi, estudiante de segundo año de artes visuales tiene un nuevo compañero que parece tener los pen...
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(Más o menos corregido 03/01/2023)
Marzo 17, 2020.
Seúl, Corea del Sur.
19:53
Habían pasado algunas horas desde el incidente que había llevado a que ambos jóvenes cruzaran sus caminos nuevamente y no de una manera tan grata. Luego de que las heridas del mayor habían sido limpiadas, el castaño había dicho que se quedaría a ayudar en lo que este necesitase, y la verdad era que aún ante la negativa del pelirrojo, él jovencito de sonrisa cuadrada no se había ido.
Taehyung había tomado como responsabilidad propia la vida del chico con un piercing en la lengua, así que después de batallar por quedarse había mandado a este rápidamente a descansar, mientras él levantaba las cosas del piso. Y aunque estaba mucho más limpio que el día después de la fiesta, TaeTae consideraba que su hyung se iba a sentir mucho mejor en un ambiente muy limpio.
"¿Hyung, tienes hambre?" El chico ahora se había sacado aquel suéter que había traído y se había levantado las mangas para que no estorbaran en su labor de limpieza. "Puedo hacerte unas gachas de arroz y un poquito de sopa, hará que se recupere mucho más rápido."
El herido se encontraba cubierto por el edredón de su cama, apenas se podía ver su cabeza entre tanta tela, fue algo que le causó mucha risa al castaño y se apoyó contra el marco de la puerta mientras lo veía removerse para cubrirse aún más.
"No quiero comer nada, chico sueter." Un poco de mal humor se quitó el edredón de encima suyo y juró en voz alta cuando la vista de Tae de pie en el marco de su puerta casi lo manda al otro mundo. "¡Demonios! ¡No te aparezcas así de la nada! Pensé que eras satanás en persona." Se sentó en la cama revolviendo su cabello, sintiéndose mucho peor de lo que se había sentido cuando ni bien había sido curado, suponía que la adrenalina ya había abandonado su cuerpo por completo.
"No diga ese tipo de cosas, sólo tiene que pensar en cosas buenas no en... esas cosas tan lejanas a Dios." El menor al ver las dificultades del de pelo de colores, no dudó ni un segundo en ir a su ayuda. "Sujetese de mi, hyung."
Muy a regañadientes había conseguido que aquel hyung se sujetara de él para poder caminar hasta la sala, donde con sumo cuidado lo había dejado sentado mientras él caminaba hasta la cocina, para luego volver en un abrir y cerrar de ojos con una toalla y algo en ella.
