4. La Verdad

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ASHLEY

Llegué algo confundida a la plaza. Isa estaba en lo cierto ¿Cómo es que ella lo sabía? ¿Qué no estaba en España? ¿Quién le dijo y por qué no fue o me llamó a mi directo? Esto era definitivamente extraño.
El niño se encontraba parado en el medio de la plaza, solo. Si alguien sabía ¿Por qué no fue?

-Hola- me dijo.

-¿Te perdiste?- pregunté sabiendo la respuesta.

-Sí-.

-¿Qué te parece si te llevo en mi auto y tu me dices cual es tu casa?- dije intentando evitarle al niño la policía.

-Sí-.

Fuimos por las calles más cercanas hasta que señalo una casa moderna. Toqué la puerta y la madre recibió al niño llorando.
Me subí al auto y llamé a Isa, necesitaba una explicación. Todo era muy confuso.

-Holaaa! Que tal Bella?- la saludé.

-Ash, por favor dime Isa-me regañó -supongo que necesitas una explicación. Lo primero que debes saber es que me debes jurar no contar esto a nadie.

-Claro, a no ser que hayas cometido asesinato. Naaa te cubro, ¿Fuiste cuidadosa y enterraste el cuerpo? Dime que no dejaste ninguna pista que te...-.

-No cometí asesinato- me interrumpió- solo que... Nunca me fui a España-.

-¿QUÉ?- me dijo arrastrando la E.

-Hablemos en la casa de Carmen- me dijo- Pero debes saber que esto es súper secreto.

-LA OPERACIÓN NUTELLA- dije y se escuchó un silencio al otro lado del teléfono- ¿Qué? Siempre quise nombrar una situación "Nutella"-.

-Por eso sos mi mejor amiga- dijo y sonreí, aunque ella no podía verlo- nos vemos en la casa de mi tía ¿mañana?-.

La verdad tenía ganas de verla y me di cuenta de que lo que había hecho era comprensible, luego de lo que había pasado. Seguro quería un tiempo sin que la molesten, en el lugar dónde siempre vivió.

-¿Qué tal AHORA?- le dije emocionada por verla de nuevo.

-Bueno, trae malteadas de...-.

-Bichocolateeeeee- la interrumpí - y Dulce de leche (La mejor creación de Argentina/Uruguaya)- mi favorita.

-Nos vemos-.

Dicho esto me fui a la tienda de helados, malteadas y postres favorita de Isabelle: "Creamy Jimmy", sí, nombre raro. Entré a la tienda roja y blanca, las paredes lucían un empapelado a cuadros blanco y rojo. Las mesas eran blancas y estaban rodeadas por asientos plásticos rojos. Había parejas tomando de la misma malteada. Un niño pelirrojo se devoraba un banana split.
Caminé hacía el mostrador y pedí las malteadas y unas cookies. Me miró raro cuando le dije "Dulce de Leche", ya que aquí lo llaman caramel. Pagué y me fui directo a la casa en la que estuvo viviendo Isa por dos semanas.

***
ISABELLE

Estaba muy nerviosa gracias a lo que estaba por hacer. Sabía que el secreto no podía ser guardado por siempre.

-¿Ash? Pasa, esta abierto- dije luego de escuchar el timbre.

Ashley entró y cerró la puerta de madera.

-¡Te extrañé tanto!- dijo entusiasmada.

-¡Espera! Yo también, pero espera- la frené- debo contarte una historia. Y sientate y no te muevas-.

-okeyyy...- dijo y se sentó.

-No me interrumpas ni aunque creas que alucino, te mostraré pruebas al final- asintió con la cabeza- hace dos semanas...

*flashback*

-¡Pa! Apaga esa canción. ¡Ya no la soporto!-.

-🎶Because I'm happy, clap...🎶-.

-A tu hermana le gusta- agregó mi madre.

-¡Es solo una canción!- dijo la pequeña- y me gusta-.

-Bueno, Solo lo aguanto porque te quiero, Lara-.

-Yo también te quiero, Isa! ¡Y Miranda también!- dijo moviendo de un lado al otro su muñeca naranja.

Doblamos en una curva y... ¿Qué está pasando? En el medio de la carretera estaba una criatura verde, gigante y terrible. Estaba luchando con una hábil mujer. Tenía ropa negra elástica y una capucha que no dejaba ver su rostro. Ella golpeaba a la criatura y la acuchillaba con mil armas distintas y feroces. Giró la vista a nosotros y su rostro era violeta, sus ojos eran de un amarillo intenso y felino.
Al vernos, intentó matar a la bestia más desesperadamente. Aunque ella no fue la única que nos vio. La bestia se dirigía a nosotros. Agarró el auto y lo revoleó.

-¡Lara! ¡Lara!- salí del shock y comencé a llorar. Medí su pulso. Mi dulce hermanita, mi tierna hermanita, partió. Nos dejo.

Mi padre me arrancó fuera del auto y corrimos, pero él solo pudo sacar del auto a una. Mi madre se negaba a dejar allí a Lara. Ese fue el motivo por el cual no salió y la bestia volvió a tirar el auto, donde mi queridísima madre alcanzó a mi hermanita.

Cuando creímos que la bestia ya se conformaría, nos agarró. Era tan enorme y fuerte que nos sostuvo uno a cada lado. Me clavó sus garras y me soltó. El dolor me dejó inconciente.

Desperté unas horas más tarde, observé lo que me rodeaba, la bestia muerta en el piso y aquella gente violeta... Era una de ellos. Me explicaron que me dieron shin, una magia que ellos usaban para convertir humanos en thunder fighters. Ellos usan el shin con las razones cliché: castigo, para apartar a alguien de todo, amor, para que se amen y sean de la misma especie, y mi razón, curación, los thunder fighters se curan con una velocidad mucho mayor a los humanos y sabían que era imposible llevarme a un médico a tiempo. Me ofrecieron hacerme una luchadora para poder vengar a mi familia, matar a esas criaturas. Lo que yo quería no era venganza, sino volver en el tiempo. Y no podía.

Me asusté y me fui. No me persiguieron, algunos me observaban partir decepsionados, otros tristes, y otros revoleaban los ojos sin darle importancia.

*fin del flashback*

Thunder FightersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora