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Como todo típico día Yoshiko se levantaba de la cama después de un dulce y acogedor sueño

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Como todo típico día Yoshiko se levantaba de la cama después de un dulce y acogedor sueño. Se hubiera levantado de lo ser por la otra presencia a su lado, que la abrazaba con fuerza evitando que se alejara de ella.
Aún así Yoshiko lentamente se separó de ella intentando ser cuidadosa para no desperta la.
Fue al baño y se arregló un poco para salir luego de la habitación, no sin antes darle un vistazo a la chica pelivino en su cama. Sonrió inconscientemente y se fue de allí.

Bajó las escaleras y se encontró con sus madres y hermana en la cocina, todo iba bien, nada malo había pasado la noche anterior y eso aparentaba Kotori, quién no pudo dormir pensado en que hacer ¿acaso Yoshiko ya lo sabía?, ¿Riko se lo habrá dicho ya?.
Le sonrió a su hija y la llamó para que se acercara.

— Buenos días a todas — saludo la peliazul.

— Buenos días — contestaron a unísono las demás.

— ¿Cómo dormiste, pequeña? — preguntó la peliazul mayor.

— Muy bien — dijo Yoshiko mientras sonreía. — ¿Que hay para desayunar? — preguntó y se sentó junto a su hermana la castaña mientras su madre le servía el desayuno.

Dos horas más tarde ni Riko ni Kanan se dignaron a bajar con las demás, cosa que preocupo un poco a Yoshiko. Su hermana ya no salía de su habitación y si lo hacía era para pasar su día con Mari, nunca sabía si comía o algo. Y Riko directamente estaba en su habitación con la puerta cerrada bajo llave.
Yoshiko pensó que tal vez estuviera haciendo algo que necesitaba suma concentración y sin distracciones. Pero la preocupaba que ni siquiera haya bajado a desayunar con ella.

Era cuestión de tiempo para que ambas chicas bajaran, puesto a que hoy las madres de Riko volvían del viaje que tenían y al fin se quedarían junto a su hija más tiempo.
Cuando ambas mujeres tocaron el timbre de ella casa, Riko bajó corriendo y empujó a sus madres para que fueran lo más rapi posible.
A Kotori no le extrañó el comportamiento de la pelivino, después de todo se suponía que debía contarle todo, eran hermanas y le había jurado a Riko, cuando era más pequeña, contarle todos sus secretos, pero alguien había roto su promesa y ahora una de ellas está molesta.

Por su parte Kanan aprovecho la distracción de Riko y salió por la puerta  corrediza de la sala.

Buen plan se habían arando ambas chicas para escapar del momento incómodo de la familia. Perfecto.

Yoshiko y Hanamaru entraron nuevamente a la casa, mientras Umi se ponía los zapatos y Kotori la esperaba en el marco de la puerta. La peliazul se fue, sin antes despedirse de su esposa con beso.
Kotori volvió a entrar al hogar con una sonrisa en el rostro.

— ¿Niñas? — se cuestionó al no ver a sus hijas menores en el comedor.

Fue a la cocina y únicamente se encontró con un plato de hotcakes bien apilados junto a una taza de café a su lado. ¿En qué momento esas criaturas habían hecho eso? Suspiró al intentar imaginar un desastre de su parte.
Termino su desayuno y mentalmente agradeció tener una familia tan considerada.

𝓐𝓵𝔃𝓱𝓮𝓲𝓶𝓮𝓻 [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora