Capitulo 1

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Estoy sumida en un gran letargo. Llevo exactamente dos meses así. No soporto poder ver a todas las personas que quiero, escucharlas, sentirlas y no poderlas tocar. Si tuve mala suerte no lo sé, prefiero ignorar todo lo que dicen de la suerte. Necesito salir de esta prisión que me mantiene encerrada en mi propio mundo. No consigo zarandearle y hacerle notar que estoy aquí a su lado y que puedo oírle. Él no lo sabe pero es lo más importante para mi.Le necesito tanto como él a mi. No puedo dejarme ir y perder todos estos sentimientos encontrados. Quiero y necesito despertar de este letargo, pero no puedo por más que lo intente....

------------------------------------------------Un año y medios antes-------------------------------------------------

-Menuda lata de trabajo.Estoy cansadísima.

-Venga, Ariel. No te quejes.

-No es que me queje. Es que tengo razones para hacerlo.

-Bueno, ¿y que tal con tu sumiso?

-Le he dejado. He roto el contrato.

-Otro más que no supera el periodo de prueba.

-No es culpa mía . Es culpa de ellos por no conseguir satisfacerme como es debido.

-¿Cuántos van ya?

-Unos......diez....eh doce quizás.

-Bufff, llevas un buen número de sumisos a tu costa.

-¿Y tú, Eva? ¿qué tal con tu amo?

-Bufff, el muy canalla me ha dejado porque dice que esto de ser amo le está aburriendo ya y que había visto a una ama en acción con su sumiso y eso le había excitado mucho. Quería probar la vida de sumiso.

-Vaya, menudo cambio pasar de ser amo a sumiso.

-Ya lo creo.

Empezó a sonar mi móvil, lo cogí. Era Raúl, quería informarme de un nuevo cambio y no se qué horario de apertura del club. Necesitaba comentármelo en persona. Me despedí de Eva y me dirigí hacia Fénix , el club de BDSM donde aprendí todo lo que sé sobre dominación y sumision.

Cuando llegué Raúl estaba junto a otro hombre, me sorprendió que estuviera porque supuestamente me había hecho venir para informarme de ciertas remodelaciones y otra persona aquí me desconcertaba .

-Ariel, ¿es cierto que te has quedado sin sumiso?

-¿Qué? Ummm, bueno, sí.

-Ummm, perfecto, entonces, ¿estas libre?

-¿Esto de qué va?

-A ver, Ariel te he traído aquí, para que conozcas a Nathan.

Me quedé mirando descaradamente al tal Nathan. Era guapo, muy guapo la verdad. Alto, por lo menos medía 1'90. Músculos definidos, segurísimo que iba al gimnasio. Ojos marrones y pelo igualmente marron. El pelo no lo tenía demasiado largo pero lo suficiente como para poder tirar de él. La verdad es que me gustó.

-Ummm, no está mal pero la pregunta no es esa, la pregunta es ,¿qué sabe sobre esto?

-Bueno, no sé demasiado, es mi primera vez como sumiso. Antes era amo.

-Vaya...... la verdad es que hay un gran cambio de amo a sumiso. ¿Cual es la razón de ese cambio?

-Una escena que presencié en este mismo club, una ama flagelando a su sumiso maniato, me excitó más de lo que había estado nunca así que he decidido probar.

-Ummm ya veo. ¿Puedes describirme algo más de esa escena? ¿qué fue exactamente lo que te excitó?

-Pues... yo diría que el hecho de que ella tuviera el control sobre él, de tal manera que incluso controlaba su orgasmo. Era bastante excitante ver como ella le tocaba y le ponía al límite.

Secretos de SumisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora