CAPÍTULO 7

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HyukJae estaba cerrando su estudio de tatuajes, una semana después, cuando su teléfono sonó. Tratando de hacer malabares con su casco, chaqueta, consiguió sacar su teléfono del bolsillo de los pantalones vaqueros y responder. — Hola mamá. Estoy saliendo del trabajo. ¿Puedo devolverte la llamada cuando llegue a casa?— HyukJae preguntó mientras se dirigía hacia su moto.

La voz de su madre le advirtió desde el otro extremo de la línea telefónica.

— ¿Cómo que saliendo del trabajo? Casi son las ocho, HyukJae. Deberías haber terminado hace unas horas.

HyukJae suspiró. —Lo sé, mamá, pero tuve un cambio de última hora y el cliente necesitó más de lo habitual. Estoy bien. Ha sido un infierno de un día, y todo lo que quiero hacer es ir a casa y besar a mi compañero.

—Hablando de compañeros, ¿cuándo vamos a conocerlo?—

—Lo siento, mamá. Él sólo necesitaba un poco más de tiempo. Ha pasado por un infierno. Ni siquiera yo sé todo lo que pasó. La única persona que lo sabe es Sungmin.— HyukJae odiaba el hecho de que DongHae todavía no le había dicho lo que había pasado, pero sabía que él debía dar tiempo a su pareja y demostrarle que podía confiar en él. — ¿Qué te parece reunirnos mañana por la noche en tu casa? En cuanto llegue a casa lo hablo con mis hermanos, ¿te parece bien?—

—Está bien, cariño. Me llamas después. Ten cuidado y dile a tus hermanos que los amamos.

—Lo haré, mamá. Adiós.

HyukJae colgó el teléfono y lo guardó en el bolsillo. Se puso la chaqueta, el casco y salió en su motocicleta. El ruido sordo de sus ondas de choque enviadas a sus bolas, le estaba provocando una erección, inclusive antes de entrar al tráfico.

Fue a casa tan rápido como pudo, sin violar la ley, se encontraba ansioso por ver a su compañero. Durante la última semana, DongHae había comenzado a salir de su caparazón un poco más cada día. Ya no se estremecía cuando HyukJae o cualquiera de sus hermanos lo tocaban, y era cada vez más aventurero en la cama.

Al detenerse en la luz roja, HyukJae dejó que su mente divagara de nuevo a la noche anterior, cuando él y DongHae estaban en la cama.

DongHae prometió lamer cada uno de los tatuajes de HyukJae y había cumplido. Fue una absoluta tortura permanecer inmóvil y dejar que lamiera lentamente su cuerpo. Las manos de HyukJae se habían apretado en puños incontables veces. Cuando por fin se apiadó de él y tomó su polla profundamente en su garganta, no le tomó ni media docena de empujes para acabar en la perfecta garganta de su compañero.

El ruido de coches detrás de él le trajo de pronto de vuelta al presente. Gimiendo y con su polla adolorida tratando de salir de sus pantalones de mezclilla, HyukJae tomó rumbo a casa de nuevo.

Llegando, estacionó su moto en el camino de entrada y se quitó la chaqueta y el casco rápidamente, entrando y buscando a su pareja. Podía oír el ruido de la televisión y varias voces procedentes de la sala de estar, pero DongHae le estaba esperando fuera de la cocina, con una sonrisa malvada adornando los labios perfectos.

DongHae podía sentir las emociones que atravesaban su cuerpo a través de la unión de acoplamiento que compartían.

HyukJae fue hacía DongHae, se inclinó y unió los suaves labios de su compañero a los suyos, envolviendo sus brazos alrededor de él y levantándolo a medida que se profundizaba el beso.

El brazo de DongHae rodeo su cuello y sus dedos se aferraron al pelo en la parte posterior de su cabeza. Mordía suavemente su lengua, y las manos de HyukJae se fueron al culo perfecto de DongHae.

(2) Compañero Determinado - EunhaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora