Monster Musuloud

9. El fetiche de la Zombie y el Acuerdo

hace 12 años

Lynn jr la quinta hija de la familia Loud quien en esos momentos tenía 14 años, una zombi fanática de los deportes, y una chica sumamente hiperactiva, además de ser sumamente dominante, nunca se deja pisotear por nadie ni nada, siempre tratando de ser la numero 1 incluso si termina hecha pedazos, literalmente hablando y una deportista perfecta desde el punto de vista de todos, sin embargo, como se dice todos tenemos esqueletos en el armario y ella no es la excepción.

En ese momento Lynn jr se está replanteando algunas cosas de su vida mientras en su mano tiene una camisa naranja con un potente olor a sudor, ya que esta ha sido usada recientemente, la joven se preguntó a sí misma como llego a ese punto, todo comenzó alrededor de en ese tiempo hace 1 año y pocos meses, todo comenzó como una práctica, común con su hermano Lincoln, el que ella siempre considero su favorito, a pesar de haberse separado paulatinamente con el tiempo, fue un simple accidente que desencadeno todo.

Ambos jugaban normalmente futbol americano hasta que Lynn tacleo a Lincoln nada fuera de lo común sin embargo la joven quedo con la cara golpeando el pecho de su hermano, quedando unos segundos con su nariz directamente en su pecho, un olor entro por sus fosas nasales hasta lo más profundo de su ser, Lincoln rápidamente se la quitó de encima y ya que se hartó de que Lynn lo tacleara sin avisar, le recrimino y se fue, Lynn simplemente pensó que no era nada y siguió con su día.

Sin embargo, conforme pasaron los días, Lynn no podía sacar ese olor de su ser, a tal grado de que comenzó a comparar olores de muchas cosas, debido a que los zombis valoran bastante los olores al tener un sistema del gusto bastante demacrado a tal grado de que, ellos más que con la lengua comen con la nariz hablando figurativamente.

Por más que olfateaba cosas como si fuese un perro, nada se comparaba con ese olor, ella estuvo 3 meses sin poderse sacar de la cabeza el olor de Lincoln, hasta que un día él le pidió ayuda, ya que necesitaba que lo remplazara en el equipo de futbol americano, ya que sus padres querían obligarlo a que hiciera ejercicio, cosa que Lynn acepto a cambio de que le comprara sándwiches de albóndigas.

Una vez por semana durante 4 meses, Lincoln y ella se cambiaban la ropa detrás de un árbol que estaba por su casa, Lincoln se quitaba el uniforme y se lo daba a Lynn, la primera vez que Lynn sintió la ropa que Lincoln usó se sintió extraña, había un poco de su olor, aunque solo un poco, cosa que la mantuvo calmada durante el tiempo que hicieron eso, hasta que después de un tiempo el plan se echó a perder y el resto es historia.

Un mes más había pasado, y ella sentía una necesidad extrema por sentir el olor de Lincoln, esas pequeñas cantidades de olor que sentía cada tanto cuando jugaba con él y a propósito lo tacleaba, no eran suficientes, ella vio una oportunidad, gracias a algo conocido como protocolo, por primera vez en mucho tiempo puso a su cerebro a trabajar.

Mientras Lucy leía tranquilamente, esta le dio un balonazo a el busto de Edwin que tenía Lucy en su habitación tumbándole un diente y provocando una pelea entre ellas, todo planeado por ella misma para dormir junto a Lincoln, ella trato de actuar normal, para no levantar sospechas, sin embargo, su forma de actuar sin sospechas provoco que Lincoln se fuera de su cuarto a dormir al baño en lugar de dormir con ella debido a la molestia, cosa que a ella le dolía por lo que le pidió disculpas y comenzó a actuar sin molestarlo.

Incluso evito ser brusca y tratar de dormir después que Lincoln ya que ella roncaba y estaba consciente de ello, cuando este se dormía ella aprovechaba y olía a Lincoln todo lo que podía hasta que dicho aroma la relajaba y podía dormir tranquila, esos días su desempeño deportivo se disparó puesto que se sentía más viva que nunca, esas 2 semanas que durmió con Lincoln, fueron las más placenteras para ella, sin embargo tuvo que disculparse con Lucy y reparar el busto de Edwin y que las cosas volvieron a la normalidad para evitar que todos la vieran raro.