11. El plan de Luna

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Ha pasado una semana desde la reunión de Lincoln con Stella, el joven albino finalmente comenzó a tener sus primeros pacientes, algunos semi humanos de la ciudadsorprendidos por su curriculum e incluso algunos viejos conocidos, aunque sus primeros pacientes fueron las hijas de clyde para una revisión de su salud las cuales pasaron sin problemas, sin embargo, lo que Lincoln nunca pensó que sucedería fue que contrato a una asistente sumamente capaz, y que sin duda no se esperaba en lo más mínimo.

Hace 4 días

Lincoln regresaba del local cerca de las 5 de la tarde ya por fin termino de darles sus últimos toques, para que este ya estuviera preparado para empezar el día siguiente, sin embargo, al llegar a la casa Loud vio un vehículo que nunca había visto de color morado.

Este entro a casa y escucho varias voces viniendo de la cocina, este se acerco al escuchar aquella voz ronca que reconoció al instante y ahí la vio, a su hermana Luna, una hermosa sirena con algunas escamas en su rostro y brazos de color purpura, y su cola de pez de escamas del mismo tono sentada en una silla de ruedas mientras hablaba con sus hermanas y una mujer rubia con un mechón de cabello azul y aunque su parte superior no era humana, su parte inferior tenía una gran cantidad de tentáculos azules, sin duda eran su hermana y Sam.

-¿Luna? dijo Lincoln mirándola sorprendido, esta se giró junto con su silla de ruedas, ella vio a un hombre fornido, alto, con aquellos dientes de conejo resaltantes y aquel cabello blanco que ella conocía muy bien, esta acelero con su silla y como pudo salto y cayó sobre el albino el cual también cayó al piso al ser tacleado desprevenido, la sirena lo abrazo y comenzó a llorar mientras repetía su nombre una y otra vez.

Lincoln entendió la razón de su llanto y era sin duda porque lo extrañaba, este correspondió el abrazo y con tranquilidad acaricio su cabello y dijo –también te extrañe Luna, me hiciste falta, ella tras 5 minutos se calmó y lo soltó, el albino la cargo como a una princesa y la acomodo en su silla de ruedas, la sirena no pudo evitar sonrojarse al ver el cambio que tuvo su Little bro.

Aquel niño llorón que siempre iba con ella cuando estaba asustado se había vuelto todo un hombre que era capaz de cargarla sin problemas, su corazón no pudo evitar acelerarse, y sus mejillas se tiñeron de un tono rojizo fuerte, sin embargo, ella sabía que no era el momento, Lincoln la ayudo moviendo su silla de ruedas y acomodándola donde estaba.

Lucy dijo –¿supongo que tienes hambre Lincoln? El asintió –prepare algo de sopa te la traigo enseguida, papá y mamá no estarán el resto de la semana tuvieron que salir, así que perdón si mi sopa no sabe tan bien, Lincoln la miró –tu comida es deliciosa Lucy no te menosprecies, ahora que sé que tú la preparaste no puedo aguantar las ganas de probarla, Lucy se sonrojo y trago algo de saliva y fue por la sopa.

Sam suspiro y dijo –sin duda no has cambiando, Lincoln miro a la rubia –perdón Sam por no saludarte, la rubia dijo –no te preocupes, me alegro que estés bien, Lincoln dijo –igualmente Sam, el joven noto que la sirena lo tomo del brazo ya que estaba sentada al lado de él y posteriormente recargo su cabeza en su hombro el cual le dolió un poco por la herida que seguía algo fresca - ¿puedo estar así un momento? Lincoln asintió dejando a Luna que estuviese así.

Cuando empezaron a comer la sopa de Lucy Lincoln dijo –esta buena Lucy muchas gracias, la dullahan no pudo evitar sonrojarse por ese comentario y solo dijo –suspiro.

Lincoln miro a las roqueras y dijo –¿cómo les ha ido estos años? Luna dijo sin moverse de donde estaba –nada del otro mundo bro un concierto por aquí un concierto por haya, un par de discos de platino, una que otra participación en televisión, nada más, Sam dijo –pues eso es todo, aunque lo dices como si fue algo normal Luna, Luna dijo –pues si ¿no? Para mi fueron buenas experiencias y ya, la vida sigue por eso me retiré.

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