Susto Mojado

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Capítulo 3

Tres años después...

Actualidad

Samuel Hall

Bajo del auto acomodando mi mochila y activando la alarma. El clima está fresco y nublado como últimamente suele estar en Linevert, un pueblo al sur, alejado de la ciudad.
Camino a paso lento a las puertas de CAMPUS GREEN UNIVERSITY.
Hoy está especialmente ajetreado, ya que es el primer día de clase después del primer semestre.
Atravesando la gran entrada visualizo a mi compañero y se podría decir amigo, apoyado en una columna cerca de las escaleras. Alex Fisher es todo un personaje, algo loco y disparatado, pero una muy buena compañía desde que comencé el ciclo.

Comencé un poco tarde. Ya que con 21 años iba terminando recién mi primer semestre del primer año de medicina. Pero no me importaban esas cuestiones de tiempo, porque, como dice el dicho mejor tarde que nunca.

Ésto se debía a los acontecimientos que azotaron mi familia después de lo de Simón.
Fué duro, muy duro, sí. Pero supimos sortearlo y aunque quedaron cicatrices de su ausencia que jamás podríamos borrar, sobrevivimos.

Hubieron bastantes cambios. Años de terapias individuales, en familia, mudarnos de la ciudad a un pueblo tranquilo rodeado de naturaleza, comenzar de cero y con un integrante menos fueron algunas de las cosas que tuvimos que afrontar. Y después de tres años, aquí estábamos.

Aquí estaba.

-Hey - palmeo el hombro de mi amigo a modo de saludo.

-Bro- contesta Alex, guardando su móvil - ¿cómo comenzaste la mañana del primer día de tortura? -

Alex era un año más chico que yo. Él había comenzado la carrera a penas saliendo del secundario, pero en una rabieta, dejó la cursada a la mitad para comenzar leyes. Él quería ser abogado, ésa era su vocación, pero la presión de su papá cardiólogo y su mamá ginecóloga junto con toda una línea familiar dedicada a la medicina, lo tenían aquí. Sufriendo la tortura como él la llamaba de comenzar el día.

Muchas veces intenté hablar con él y que siguiera su instinto, ya era mayor y debía decidir por él, pero había cosas en el medio que lo frenaban,cosas que no quizo contarme y no estaba obligado a hacerlo. Lo entendía y lo respetaba, después de todo yo me reservaba lo de mi hermano, pero no dejaba de apenarme la situación forzada en la que se encontraba.

-Bien, supongo. Mi madre lloró ayer cuando tuve que volver a mi apartamento después de pasar las vacaciones con ellos - digo con una mueca - ¿Y tú? ¿Cómo fué en casa de tus padres? -

Llegando al aula en la que nos tocaba nuestra primer clase, fuimos al fondo en busca de asientos, mientras lo escuchaba suspirar y hacer gestos raros con la boca.

-Como siempre. Inflaron mi cabeza hablando todo el tiempo de la carrera, que era lo mío, la mejor opción, futuro prometedor, bla bla bla. Casi parecieron aliviados cuando me tuve que venir y llenaron mi auto con más de treinta y siete tomos de anatomía y ciencia de la medicina- comunicó irritado - ¡casi y pincho mis neumáticos de tanto peso extra, éso no eran libros, eran bloques de semento! - se echa de mala gana a la silla y estampa su única carpeta y una lapicera en la mesa.

Me acomodo a su lado, suspirando. Mejor y me reservo lo que realmente pienso que debo decirle.

-Bueno, es material. Nos va a servir de algo supongo - digo sin embargo, para no meter más mecha al asunto.

-Todos tuyos hermano. Siguen en el coche, ni me gasté en bajarlos hace cinco días -

-¿Cinco días? - cuestino levantando una ceja -pensé que llegaste ayer, me dijiste que volveríamos el mismo día-

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