_____ y Norman. Mentes completamente diferentes, con perspectivas desiguales.
Una chica que sufre depresión y que está harta del mundo en el que le tocó vivir, se cruza con un chico el cual vive por la felicidad suya y de su familia. Viven historia...
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Nuevamente, me encontraba con mis dos amigos en el salón de clases, en espera de que el profesor haga su aparición matutina. Hablábamos sobre cosas triviales, o más bien hablaban, ya que toda mi concentración se posaba en una única pregunta la cual no sabía cómo realizarla ante Ray y Emma.
- Chicos...- interrumpí, haciendo que ambos guardarán silencio y me miraran expectantes en espera de que persiguiera.- ¿Que puedo hacer para que alguien sea feliz?-
- Le regalas una jirafa de peluche.- afirmó la ojiverde en forma de broma, aunque no me reí, estaba bastante distraído en cuanto a lo normal se refiere.
- No, pero en serio, quiero hacer a alguien muy feliz, y no se como...- recargue mi cabeza sobre el escritorio, mientras soltaba un suspiro.
- ¿De qué persona estaríamos hablando?- pregunto el de ojos ónix.
- De _____...-
- ¿Desde cuándo eres amigo suyo como para querer hacerla feliz?-
- Ayer.- respondí simple a la pregunta de la pelinaranja.
- Oye amigo, tu sabes que para hacer feliz a alguien primero debes conocer sus gustos o sus necesidades.- asenti con la cabeza.- ¿Y la conoces desde ayer y ya quieres hacerla feliz? ¿Y no sabes como?- volví a asentir.- ¿Te dijo algo que le gustaba?- negué, recién hoy mendi cuenta que mayormente hable yo el día de ayer, ella se limitaba a contestar, reír o plantearme ideales.
- ¡Tengo una idea!- exclamó la pelinaranja ya pasados unos minutos, a lo que yo levanté mi cabeza con algo de esperanza.- Llevala al Zoológico, a todos les gustan los animales.-
- No...- volví a pegar mi cabeza al escritorio.- si la llevo a un Zoológico diría algo como "me trajiste a una cárcel para animales" o algo así.-
- Tiene razón, esos lugares solo hacen que los animales se estresen.- confirmo azabache, provocando que Emma termine haciendo un puchero.- Pero un buen lugar que pueden visitar es un museo, en el caso de que a ella le gusten los animales, claro.-
- Lo dudo mucho, cuando nos quedamos charlando en el parque varios perros se le acercaron pero ella se asustaba, no creo que le gusten los animales.- era gracioso, se nos habían acercado varios ese día, y ella permanecía quieta, y poco a poco se colocaba a mis espaldas, fue tierno.
- ¿Porque no me preguntas? Digo, sería mucho más fácil que ella te dijiera.-
- Tienes razón, Emma... se lo preguntaré en el almuerzo... ¡Ah!- me reincorpore correctamente en mi asiento.- Comere con ella desde ahora, le prometí que le compraría la comida si me dejaba estar con ella.-
