_____ y Norman. Mentes completamente diferentes, con perspectivas desiguales.
Una chica que sufre depresión y que está harta del mundo en el que le tocó vivir, se cruza con un chico el cual vive por la felicidad suya y de su familia. Viven historia...
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Si, por si lo estaba pensando, le pedí a Norman que me dejara quedarme en su casa para evitar un encuentro indeseado con mis hermanos y padre, y por suerte él accedió. Dentro de todo no fue una mala idea, él tenía una habitación de invitados en el caso de que quisiese dormir en otro lugar, aunque la rechace, ya que me parecía poco agradable, es lindo compartir tiempo con Norman.
- Me llebava a todo tipo de lugares, solía gastar todo su tiempo en ayudarme con la tarea.-
- Pero eres una estudiante ejemplar...-
- Seré ejemplar, pero cuando tenía 10 años me obligaban a aprender sobre instrumentos, y en eso soy un asco.- ambos reímos.
Eran al rededor de las 3 a.m. y nos encontrábamos tirados tirados el suelo comiendo la pizza que sobro de la cena. Ambos nos estábamos divirtiendo, le contaba anécdotas que tenía con mi preciado abuelo, y el escuchaba atentamente y comentaba sobre lo que habíamos echo en el pasado.
- Tu abuelo suena realmente una gran persona, más vale que algún día me lo presentes.- me dijo mientras se levantaba del suelo, para luego estenderme la mano.- Vamos a buscar dulces, tengo un par de cosas escondidas en la cocina.-
- Lo último y ya basta, tengo que dormir, mañana tengo mi primer día en el mini mercado, devo estar a tiempo.- reclame mientras frotaba levemente mis ojos.
- ¿Comienzas temprano?- sin que me diera cuenta, estábamos ya en la cocina, y el de ojos azules me estaba tomando de la mano, aunque poco me importaba.
- A las 8:30 abre, pero debo estar 30 minutos antes... tengo que levantarme temprano.- dije para luego soltar un bostezo.
- ¿Quieres mirar algo mientras comemos los dulces?- pregunto mientras soltaba levemente el hagarre para así utilizar ambas manos y tomar barios dulces de su alacena. Luego volvió a tomar mi mano como pudo y volvimos a subir mientras pensaba.
- Naah... solo hablemos.-
- ¿Sabes? En poco será el festival anual de la escuela, y necesito bastante ayuda.- ambos volvimos al cuarto del Albino y nos sentamos.
- Y yo no quiero estar en casa...- fingí pensarlo un poco, hasta que por fin respondí.- Claro, te ayudare mientras no sea los fines de semana entre las 8 a.m. y las 10 p.m.-
- Trato hecho, te buscaré luego de clases todos los días, menos los Lunes y Martes, esos días trabajo con el consejo toda la tarde.-
