Volumen 1-Life 1 "!¿Que chingados?!"

153 9 4
                                    

Les agradecería que pudieran VOTAR este capitulo, les AGRADECERIA bastante Y COMENTENME que les pareció el capitulo. Sus VOTOS y COMENTARIOS ME ayudan a MOTIVARME para escribir esta historia.

Aclaración: Esta manera de expresar un dialogo —° °— se refiere a una persona hablando español.

______________________________

Kuoh. Una ciudad relativamente pequeña (492 km²), si se llega a comparar con las grandes y conocidas ciudades que conforman las prefecturas en Japón, con una densidad poblacional estimada cerca de un millón de habitantes. En los alrededores de la pequeña ciudad, la flora prevalecía en forma de un extenso y espeso bosque con una montaña que se erigía orgullosamente hasta parecer alcanzar el cielo mismo.

El sol, una estrella enana vital para el sistema planetario, ilumino modestamente cada rincón de la ciudad de Kuoh en su ultima hora antes de que se esconda en el horizonte (oeste). El cielo se cubrió de un hermoso tinte anaranjado que baño completamente a la ciudad de Kuoh, dándole un toque único al paisaje urbano Kuoh, maravillando los ojos de sus habitantes. Los ciudadanos de Kuoh, amigos o familiares, aprovecharon estos últimos momentos de la luz natural del sol para disfrutar del entretenimiento que los establecimientos recreativos les ofrece.

Un adolescente de tez clara caminó sobre una de las tantas banquetas (acera) que forman parte de la infraestructura peatonal de la ciudad de Kuoh, su rebelde cabello oscuro puntiagudo se sacudió con cada paso que daba mientras que sus parpados se encontraba levemente entrecerrados, dejando entre ver unos irritados iris dorados. Una camisa blanca de botones, con rayas negras verticales, cubrió su torso junto a un desabotonado blazer negro mientras que un pantalón oscuro de vestir oculto su parte inferior de la vista. Una maleta deportiva negra, con patrones en rayas blanquecinas, colgó encima de su hombro derecho y se zarandeo hacia adelante y atrás con cada paso que recorría en su trayecto; en ella, guarda su ropa deportiva de futbol y zapatillas de futbol para la clase extracurricular en la academia.

Soltó un breve gruñido/siseo de dolor mientras giraba con lentitud su adolorido hombro izquierdo hacia adelante y atrás en pequeños círculos, teniendo su mano derecha encima de su hombro lastimado, sin duda alguna, ahora mismo estaba más irritado por la causa que por el propio dolor. Usualmente, casi al finalizar los entrenamientos de futbol, el entrenador nos deja jugar unas retas entre los integrantes del club. Sin embargo, esta vez, sufrió una dura barrida por parte de Takeru que lo hizo caer redondito en su hombro cuando se encontraba en la zona de la portería.

—° Hijuesu puta madre... se paso de lanza, el cabron de Takeru, con esa barrida el wey°— Sus irritados iris de un color dorado, parcialmente escondidos entre sus parpados entrecerrados, contemplaron vagamente la familiar vista de la hilera de casas alineadas a su costado izquierdo. Las estructuras de las casas son similares para todos aquellos que habitan en este vecindario/suburbio, una vivienda de dos pisos con un balcón instalado y algunas ventanas que dejan ver el exterior junto a un pequeño muro que rodea la(s) propiedad(es), sin embargo, algunas de las viviendas de los vecinos sufrieron cambios que los diferencian; ya sea la pintura de la casa normalmente blanquecina, alguna planta o un añadido al muro que impide el paso a terceros no deseados.

Cesó el movimiento rotativo de su hombro izquierdo, con una leve mueca presente en su rostro a la vez que retiraba su mano derecha encima del hombro (izquierdo), antes de tomar la correa de su maleta deportiva negra con su mano dominante y continuar, sin interrupciones, su andar en dirección a su hogar. Inevitablemente, ante la ausencia de algún medio de entretenimiento, su mente se sumió en recuerdos.

Hace cuatro años, a la edad de 13, arribó a la Tierra del Sol Naciente acompañado con su apá y amá. Sus primeros días en Japón no los había pasado en la ciudad de Kuoh, debido a que, su padre había recibido una oportunidad laboral en otra ciudad como un profesor de lenguas en la Academia Ryoukuu. No fue sino hasta que...

DxD: The Mexican Donde viven las historias. Descúbrelo ahora