Capítulo catorce - Tú, yo y una cita

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Seguí caminando sin saber en qué lugar de este edificio se encontraban mi madre y John, sintiendo aún esa extraña sensación y opresión en mi pecho

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Seguí caminando sin saber en qué lugar de este edificio se encontraban mi madre y John, sintiendo aún esa extraña sensación y opresión en mi pecho. Detestaba por completo no saber el origen de esto. Moví mi cabeza para intentar disipar todo cuando escuché las risas de mi madre y John en un punto de estos pasillos.

Entré en lo que parecía ser un mini café o sala de descanso. Mamá estaba sentada en la barra y John estaba del otro lado sirviendo una taza de café.

—Hola Lya, ¿o debería llamarte hijastra?

—No te hagas falsas ilusiones. Allí donde ves a mi madre, tiene tras ella a su maestro de yoga y a uno de los abogados más importantes de Chicago, que por cierto en este caso no eres tú, querido John.

—Toda una caza y rompecorazones, usted y yo nos llevaremos bien —chocaron sus tazas y deje mi bolso sobre la barra—. ¿Grey aún no sale de su reunión?

—Sí, pero acaba de llegar su novia.

—¿Su qué? —preguntó casi escupiendo su café.

—Es una chica rubia, alta, con apariencia de modelo de Victoria's Secret ... se llama Annabelle.

—No puede ser —dejó su taza a un lado, ordenando la cafetera y el trato de cosas en su lugar.

—¿Acaso no sabías que tu mejor amigo tenía pareja?

—Es porque no la tiene, ya que esa mujer es la persona que Greyson más detesta en este mundo.

—No parecía que la odiara cuando ella se acercó a besarlo —dije, sentándome en uno de los taburetes—. Además, dicen que del odio al amor hay una línea muy fina que se puede cruzar con un solo paso.

—Pero del amor al odio hay todo un abismo que Greyson cruzó hace mucho —levanté mi cabeza para toparme con su azulada mirada—. Debe ser todo un malentendido, si me disculpan hermosas damas, debo ir a ver que Grey no se salga de sus cabales.

Asentí y salió del lugar de manera apresurada. Tomé una de las bolsitas de Stevia para jugar con ella entre mis dedos, tratando de pasar por alto la mirada de mi madre en mí, pero eso era algo inevitable.

—¿Tú sacando suposiciones precipitadas? ¿Quién eres y que has hecho con mi pequeña florecita? —se acercó a mí para abrazarme—. Lya, ¿tú estás...

—Estoy molesta porque son pasada las nueve y aún no hemos empezado la reunión, debes ir a la floristería y yo a la biblioteca de la ciudad para buscar libros de alemán que no tengo en casa.

—... interesada en Greyson? —terminó la frase, sabiendo con mi respuesta que no quería que lo hiciera.

—No mamá, no estoy interesada en Grey o en alguien más.

—Eso no era lo que tu rostro decía cuando llegaste aquí —dejé la bolsa de Stevia a un lado y la mire.

—No pasa ni pasara nada entre Greyson y yo, es algo que está más que claro y quisiera que ya no mencionaras el tema, por favor mamá —tome sus manos y asintió —. Iré a buscar mi tableta a casa, y como no hay noticias de la reunión debes regresar para descansar mamá. No debes hacer muchos esfuerzos.

Amor a primer accidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora