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Entro a su habitación, tomo asiento en su cama, retiro su máscara y dejo escapar ese dolor que aún permanecía en su pecho, las lágrimas no dejabas de salir y se odiaba por eso, odiaba ser débil, odiaba no poder dejar de tener esa pesadilla que le recordaba el dolor y sobre todo odiaba a ese maldito ruso.

Sin perder más tiempo entro a la ducha dejando que el agua se llevara el dolor y las lágrimas que aún recorrían sus mejillas, ya vestido con ropa cómoda y su herida ya atendida baja y le pide a nana que les preparen algo de cenar a él y a sus invitados, sin más entra al despacho donde estaban sus compañeros aun con cara de preocupación.

Kook en verdad no sé cómo paso, las investigaciones fueron realizadas esto no debía pasar – dijo Hoseok al momento en que vio a Jungkook entrar por la puerta, y no mentía habían pasado dos semanas investigando una de las casas de ese ruso, sabían que en esa casa se guardaba una gran cantidad de droga llamada Krokodil-21 una nueva droga que hace que toda persona pierda por completo el juicio llevándolos a cometer hasta el peor crimen.

Jungkook se notaba molesto no por la confusión que hubo en el atraco si no porque no pudo desmantelar esa casa que distribuía la droga, No te preocupes Hoseok yo sé que lo investigaste, ese maldito ruso ya sabe que estoy tras el – dijo el azabache con el ceño fruncido y sus manos empuñadas.

A su corta edad Jungkook y sus amigos se habían vuelto los asesinos más peligrosos de todo corea del sur, eran limpios en sus trabajos sin huellas sin testigos. Ellos no se decían llamar asesinos si no vengadores o justicieros, culpaban a la ley que al saber que las drogas rondaban por las calles no hacían nada por eliminarlas, así que los cuatro decidieron limpiar las calles de esa asquerosa sustancia. 

Killer InstinctDonde viven las historias. Descúbrelo ahora