La Luz En Mi Camino [Okkotsu Yuuta x Reader]

Capítulo 24

LA MALDITA SUERTE

"Una risa era escuchada por toda la oscura habitación, sangre salpicaba la pared. — ¿Por qué sigues viva? — Seguía y seguía apuñalando aquel cuerpo casi sin vida que le miraba, su rostro lleno de sangre, uno de sus ojos cerrados sangraba mientras que el otro, todavía abierto, estaba rojo. — ¿Por qué no mueres?

Sonrió, ante aquella pregunta del agresor solo sonrió mirándolo directamente a los ojos haciéndolo enojar más de lo que estaba.

— Descansa en paz. — Se alzo su brazo queriendo ir directamente a la cara del cuerpo casi sin vida."

Esa "pesadilla" hizo despertar abruptamente a _____, se sentó en la cama sudando. Se agachó un poco más para que su cabeza quedara entre sus rodillas abiertas, tosió, miro su mano... Sangre.

Una respiración a lado de la cama, cerca de la puerta le hizo voltear lentamente sin levantar completamente la mirada. Una maldición, Orimoto Rika estaba ahí observándola mostrando los dientes y uñas largas en dirección a ella.

— Mierda. — Bajó las rodillas, pero seguía con la mirada gacha. — ¿Y tú qué?

Rika gruño, se estaba acercando lentamente a la cama. Sus manos estaban a centímetros de su rostro.

— Ve a molestar a alguien más, no tengo la paciencia para aguantarte ahora. — Pero la maldición no retrocedió, alzó una de sus manos atacándola, ataque que nunca llegó. _____ había detenido el ataque, su izquierda le detuvo aguantando aquel fuerte brazo, aquella fuerza descomunal de aquella maldición. — Si quieres estar más tiempo con tu querido Yuuta... — Con la derecha desocupada paso su fleco atrás, levanto la mirada, algo había cambiado, sus iris tenían fragmentos dorados. — Entonces lárgate.

Esas últimas palabras salieron tan aterradoras, esos ojos tan hipnotizantes junto al enojo que tenía además de haber soltado energía maldita, una combinación que nadie creería de ella. Rika gruño y retrocedió desapareciendo. Al instante algo se removió en la cama.

— ¿Ya se fue? — Ayumu pasó su cola por la cabeza de la chica palpándola en afirmación. Minutos pasaban y al final no pudo conciliar el sueño, ya no podía volver a "dormir".

Miraba a la ventana, el reflejo le dio mostrando que estaba hecha un asco. Camino hasta llegar al baño personal, abrió un cajón sacando un bote de pastillas, las tomo mientras se recargaba en el lavabo. Levanto la mirada al espejo, pero no se vio, una imagen diferente estaba ahí. Aquella cara otra vez, esa sonrisa, esa maldita sonrisa que le torturaba.

Dando un grito de enojo junto al sonido del espejo quebrarse, había golpeado el espejo con tanta fuerza que se quebró por completo. — Maldita.

Estaba realmente enojada, esa rabia se podía sentir a kilómetros, solo su misma presencia daba miedo. Cerró sus puños queriendo golpear algo más, pero unos brazos rodearon su cintura atrapando al mismo tiempo sus manos. — Ya pa-so.

— Ayumu. — Pronunció con un hilo de voz. — Lo siento, te levante. Vuelve a dormir. — Le quedo mirando ya de frente. — No, no dormiré otra vez; duerme por mí.

Ahora ella estando un poco más calmada se encontraba en el umbral de la ventana sentada mientras Ayumu estaba acostado en la cama observándola, no era la primera noche que pasaba así, eran casi todas donde no podía dormir bien.

Mientras estaba ahí, ella observaba su mano, tenía un accesorio con flores color negro con detalles dorados, tenía unas cadenas que caían a los lados de este. — Que recuerdos. ¿No?