Capítulo 1: Esa cosa.

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South Glen South High School

3th Person POV

Una hermosa castaña se hallaba parada en en la base de lanzamiento del campo de baseball de la preparatoria "South Glen South" frente a cientos de espectadores enérgicos con el temporizador marcando una cuenta regresiva de 5 minutos.

Caitlin POV

¿Han notado que algunas películas tienen secuencias de sueños, pero no dicen que es un sueño? Bueno...Esto no es un sueño. Se suponía que no debía ser así; solamente tenía que intentar hacer mi trabajo y pues...sucedieron otras cosas, mi vida sucedió. Y ahora estoy aquí. No soy la clase de chicas que hace esté tipo de cosas, hace 4 meses no me habrían reconocido en la multitud.

4 meses antes...

- Llámame.- dijo una bella castaña; que lucía un vestido ceñido al cuerpo no más alto de la rodilla que la media de dos de dos, a un chico que hiba en la dirección opuesta a la de ella mientras caminaba entre el gentío de la ciudad de Chicago.

Se los dije, esa bella castaña no soy yo. Está soy yo...no hace falta saber sobre moda para darse cuenta que mi outfit es el de una bibliotecaria de los 90's. Era la editora más joven del "Chicago Sun-Times".

 Era la editora más joven del "Chicago Sun-Times"

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Chicago Sun-Times

Me hallaba llegando al piso donde laboraba cuando a la entrada de esté, me topé con Allegra que me pidió auxilio.

- ¡Caitlin! Que bueno que llegas.- dijo aliviada. - ¿Es "Oscuro" u "Obscuro"?- me cuestionó mientras avanzábamos en dirección a mi lugar de trabajo.

- Puede ser indistintamente "Oscuro" u "Obscuro", depende de la costumbre. Si quieres que suene más "Elegante" utiliza "Obscuro".- expliqué.

Tenía mi propia oficina, artículos de papelería ilimitados y un delicado y profesional asistente.

- Escucha está increíble frase: "El poder...es poderoso".- dijo mi asistente mientras hablaba por teléfono y como de costumbre no hacía del todo bien su trabajo. - Ajá, como en una camiseta, increíble ¿No?-

- Mis mensajes.- le pedí en un tono amablemente a Chester.

- ¿Qué?- preguntó desconcertado al teléfono. -Sí.- dijo indiferente sin mirarme, tomando de mala gana mi correspondencia y mi agenda electrónica para dármela. - La última vez que lo vi, estaba gordo. No, no, no. Titubeaste, no, es caso cerrado. ¡Olvídalo, olvídalo...-

- Disculpa, Chester.- dije interrumpiendo su interesantísima conversación. - Pero ya no tengo fichas en mi oficina y la conexión a internet se pierde constantemente, no puedo trabajar así.- dije para ser completamente ignorada.

Jamás Besada. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora